La Comunidad de Madrid ha anunciado la construcción de 40 nuevas residencias -6.000 plazas- para mayores dependientes hasta 2030. Un ambicioso proyecto que contará con una inversión de casi 500 millones de euros y generará 5.600 empleos directos y 15.000 durante su construcción.
Una iniciativa para la que será clave la innovación en la edificación de estas residencias senior. Además, la construcción industrializada se presenta como la opción óptima para dar respuesta a una solución habitacional con calidad de vida y servicios adaptados a los mayores.
“Queremos copiar el Plan Vive -de las 6.500 viviendas a precios asequibles, 3.000 se levantarán de manera industrializada- y adaptarla a la construcción de las 40 residencias anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid – 30 se ubicarán en la capital y otras 10 principalmente en el área metropolitana-“, ha anunciado Pablo Gómez-Tavira, viceconsejero de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la CAM en el transcurso de la jornada “El futuro de las residencias senior”, organizada por el Clúster de la Edificación y ASPRIMA, la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid.
Como ha asegurado el viceconsejero de Vivienda, José María García, “el Plan Vive sirve de ejemplo porque ha convertido la colaboración público-privada, la transmisión de confianza de la Administración al inversor privado, en un sistema eficaz para movilizar su inversión, para transformarlo en obra y ésta a, su vez, en la posibilidad de proveer vivienda al ciudadano”.
Estamos en un momento de invierno demográfico. En los próximos 15 años, habrá 616.000 personas más con una edad superior a los 65 años, que supone un incremento de un 47%; y 115.00 personas más mayores de 80 años, un 48% más, “por lo que es necesario proveer plazas en residencias”, ha manifestado Gómez-Tavira. De los 14.000 madrileños con algún grado de dependencia, alrededor de 2.400 van a necesitar una residencia.
“Nos hemos puesto a trabajar replicando el modelo del Plan Vive y adaptándolo. Estamos en fase de mutación demanial -los Ayuntamientos ceden a la CAM sus suelos y ésta los pone en sistema de concesión por un determinado número de años – y en breve sacaremos los concursos y lotes”, ha anunciado el viceconsejero de Familia.
Pablo Gómez ha reconocido que existe un “gran interés” de fondos, inversores y del sector de residencias por este nuevo modelo “centrado no solo en las necesidades de los mayores, sino también en sus expectativas”, y que está escuchando sus propuestas para cerrar los pliegos. “Se trata de un modelo de residencia de construcción rápida, para lo cual nos hemos aprovechado de la base jurídica del Plan Vive y hemos acortado los tiempos. Estamos pensando en modelos 100% de construcción industrializada y, en otros casos, del 75%”, ha añadido.
Cómo serán los hogares asistenciales
Con todo, el Clúster de la Edificación ha estudiado los modelos constructivos idóneos para los hogares asistenciales que formarán parte de estas residencias innovadoras.
Para Julián Domínguez, socio director de CIP Arquitectos, despacho que forma parte del Clúster, existen cuatro escalas del diseño: habitación personal (espacios íntimos donde los mayores pueden expresar su identidad y sentirse en casa), unidad de vida (pequeños grupos que fomentan la interacción social contribuyendo a disminuir la soledad), unidad de convivencia (comunidades estructuradas que logran el equilibrio entre privacidad y socialización) y servicios comunes (espacios que simulan un barrio, fomentando la integración social y la actividad).
Además de la tecnología, accesibilidad y la conexión con el exterior, la flexibilidad y modularidad en el diseño de las residencias son fundamentales, “permitiendo adaptaciones según las necesidades cambiantes de los residentes, a través de habitaciones modulares, mini hogares flexibles o separadores móviles”, ha señalado.
Asimismo, según Domínguez, “la industrialización de los sistemas constructivos es clave para crear residencias eficientes, sostenibles y de alta calidad. En las residencias, el enfoque debe ser industrializar al máximo los elementos que impactan plazos, calidad y funcionalidad, evaluando el porcentaje de industrialización en baños, fachada, estructura y envolvente”.
Por su parte, David Gutiérrez, socio de Valladares Ingeniería, compañía que también forma parte del Clúster de la Edificación, ha apuntado que “es necesario enfatizar en los requisitos exigibles a las instalaciones para mejorar la calidad de vida de los mayores en las residencias”. En cuanto a la industrialización, ha apostado por la ejecución de kits de instalaciones que faciliten la implantación en obra, el mantenimiento y un fácil desmontaje al final de la vida útil del material.
También la evolución de los medios constructivos de las residencias senior ha sido analizada en torno a una mesa redonda moderada por Matilde Pelegrí, presidenta del Grupo Senda, y que ha contado con las intervenciones de Josune Méndez, secretaria general de AESTE (Asociación Estatal de Servicios Residenciales para la Tercera Edad) e Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia.
Méndez ha explicado las tres funciones básicas en una residencia: función asistencial y para la recuperación; función de socialización y calidad de vida, y función de interacción familiar y comunitaria, al tiempo que ha aclarado que se trata de un sector cambiante donde la construcción también se tiene que adaptar a unos nuevos parámetros, como son la sostenibilidad, funcionalidad, eficiencia y seguridad, que requieren mucha inversión.
Mientras, Fernández-Cid ha argumentado que nos encontramos en un momento en que la demanda de residencia es mucho mayor que la oferta (el 95,8% de las personas mayores de 65 años ya están envejeciendo en sus casas) y que es necesario agilizar la gestión administrativa para la concesión de licencias (se tarda no menos de cuatro años en construir una residencia). “Con la construcción industrializada se podrían acortar los plazos, los precios serían más competitivos y se simplificaría el mantenimiento de las instalaciones”, ha señalado. En este sentido, puso como ejemplo una residencia en Valdemoro, de 5.250 m2 que se construyó de manera industrializada en tan solo doce meses.
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El modelo de Madrid
La visión de las Administraciones Públicas ha sido aportada por Juan José García, asesor de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la CAM, que ha realizado un acercamiento al modelo de Madrid, “un plan de velocidad en el que se tiene que tener en cuenta la diversidad y flexibilidad de las residencias”. Sobre el modelo de colaboración público-privada, ha destacado que “en la medida en que la Administración pueda generar un marco de seguridad jurídica a los operadores, estos apostarán más”.
La clausura de la jornada “El futuro de las residencias senior” ha corrido a cargo de Fernando Moliner, vicepresidente de ASPRIMA, y Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente del Clúster de la Edificación.
“La colaboración público-privada está basada en la confianza. Parte de una buena definición conjunta -Administración y promotores- del modelo, una adecuada asignación del riesgo y una previsión en el reequilibrio del contrato que tendrá una vida muy larga”, ha reseñado Moliner.
Por su parte, Gómez-Pintado ha destacado que no hay otra vía que no sea la industrialización para seguir avanzando en la edificación, pero teniendo en cuenta el tema medioambiental. “El Plan Vive ha sido un acicate en vivienda para la Comunidad de Madrid, pero también lo será para las residencias senior”, ha finalizado.