En una decisión que marca un cambio significativo en la política monetaria de Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) ha decidido rebajar los tipos de interés en 0,5 puntos, situándolos en un rango del 4,75% al 5%. Este ajuste, anunciado el miércoles, es la primera reducción desde que comenzó a endurecer su política monetaria hace cuatro años y medio.
La Fed ha destacado que ahora cuenta con una «mayor confianza» en que la inflación está convergiendo de manera sostenida hacia el objetivo del 2%. En su comunicado oficial, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) afirmó que estará atento a los próximos datos económicos y a los riesgos en el entorno macroeconómico antes de hacer cualquier cambio adicional en los tipos de interés.
En la misma línea, la Fed señaló: «Los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido creciendo a buen ritmo. El empleo ha mostrado cierta ralentización y la tasa de paro ha subido ligeramente, pero sigue siendo baja. La inflación ha continuado acercándose al objetivo del 2% fijado por el Comité, aunque sigue siendo algo elevada».
Cambio de rumbo en la política monetaria
Jerome Powell, presidente de la Fed, explicó que esta decisión refleja una necesaria recalibración de la política monetaria ante los avances en la inflación y el mercado laboral. «Es el momento de ajustar nuestra política hacia algo más apropiado, dados los avances en materia de inflación y empleo. Ahora, el balance de riesgos está equilibrado», declaró Powell en una conferencia de prensa. Además, reconoció que los riesgos al alza para la inflación «han disminuido significativamente», mientras que las amenazas de desaceleración en el mercado laboral «se han incrementado».
Este cambio en la política monetaria se produce después de que la Fed mantuviera, durante ocho reuniones consecutivas, los tipos de interés en el rango del 5,25% al 5,5%, un nivel que no se alcanzaba desde enero de 2001. La última reunión de este tipo tuvo lugar a finales de julio. Sin embargo, la reciente reunión de la Fed ha marcado un punto de inflexión.
La decisión de bajar los tipos de interés se perfiló en la cumbre de banqueros centrales de Jackson Hole, en agosto, cuando Powell expresó su confianza en una trayectoria «sostenible» de desinflación. Esto adelantó la posibilidad de un cambio en la política monetaria, que finalmente se ha concretado esta semana.
Un giro desde la pandemia y la respuesta a la economía post-COVID-19
Esta reducción de los tipos de interés supone la primera desde marzo de 2020, cuando la Fed los redujo como respuesta a la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Posteriormente, la Reserva Federal inició un ciclo de alzas progresivas para contener los efectos económicos derivados de la pandemia. Aunque los tipos se mantuvieron estables cerca del 0,25% durante casi dos años, en marzo de 2022 comenzaron a aumentar a un ritmo histórico hasta alcanzar los niveles actuales. Esta estrategia llevó los tipos de interés a máximos no vistos en más de dos décadas en Estados Unidos.
Señales de fortaleza económica y desafíos futuros
En el contexto de esta decisión, la economía de Estados Unidos ha mostrado signos de fortaleza. Durante el segundo trimestre de 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 3% anualizado, en comparación con el 1,4% del trimestre anterior. Asimismo, el mercado laboral estadounidense sigue mostrando solidez, con la creación de 142.000 empleos no agrícolas en agosto y una disminución del paro en una décima, situándose en el 4,2%. Esta tendencia positiva en la creación de empleo ha continuado durante 44 meses consecutivos.
En cuanto a la inflación, el índice de precios del gasto de consumo personal, que es el indicador preferido por la Fed para monitorear la inflación, se situó en el 2,5% en julio, sin cambios respecto al mes anterior. No obstante, la tasa mensual registró un ligero repunte, al pasar del 0,1% al 0,2%. La inflación subyacente también se mantuvo estable en el 2,6% interanual.
Con este movimiento, la Reserva Federal muestra su voluntad de ajustar la política monetaria en respuesta a la evolución económica y la mejora en los indicadores de inflación. La nueva estrategia apunta a un enfoque más flexible y orientado al balance de riesgos, teniendo en cuenta los desafíos que enfrenta el mercado laboral y las presiones inflacionarias. Powell ha dejado claro que la Fed continuará monitoreando de cerca los datos económicos para ajustar la política de interés según sea necesario.
Esta decisión de reducir los tipos de interés envía un mensaje a los mercados y a los consumidores: la Fed busca equilibrar la recuperación económica con una inflación controlada, asegurando que los avances logrados no se vean amenazados por un endurecimiento excesivo de las condiciones financieras.