En los últimos años, las industrias de la banca, servicios financieros y fintech se han dado cuenta de los riesgos de seguridad que plantea la ingeniería social. El Informe sobre cibercriminalidad en España del Ministerio del Interior de 2022 constata que el 17,4% de los ciberataques han ido dirigidos al sistema tributario o financiero, casi uno de cada cinco. Los estafadores actúan de una forma rápida y oportunistamente, con la tecnología y herramientas más recientes, sin necesidad de seguir planes o hojas de ruta.
En un mundo donde las transacciones financieras digitales son la norma, los estafadores están desarrollando nuevas y sofisticadas tácticas para engañar a los consumidores y empresas. La ingeniería social sigue siendo una amenaza constante para los datos económicos de las personas. De hecho, desde Fourthline, unos de los principales proveedores de verificación de identidad y contratación digital, realizan un estudio de cuáles están siendo las estafas financieras más comunes que detectan día a día desde Barcelona para luchar contra el fraude financiero en toda Europa.
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Clonación de SIM: una técnica utilizada por los delincuentes para duplicar la tarjeta SIM de un teléfono móvil, permitiéndoles acceder a la información y servicios de la víctima. Esta es una de las estafas financieras que se espera continúe siendo relevante hasta finales de 2024 debido al incremento del uso de dispositivos móviles para transacciones bancarias y otras actividades sensibles
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Estafas con inteligencia artificial (IA): los ciberdelincuentes están utilizando IA para crear anuncios, correos electrónicos, modelos de síntesis de voz y sitios web falsos que imitan plataformas legítimas de instituciones financieras. Estas herramientas facilitan la creación de fraudes más convincentes y masivos, aumentando el riesgo de ser víctimas de estas estafas.
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Fraudes con métodos de pago digitales: los métodos de pago digitales se han vuelto extremadamente populares debido a su conveniencia y rapidez. Sin embargo, también han abierto nuevas oportunidades para los estafadores. Un ejemplo de ello es la clonación de la información de tarjetas de crédito o débito cuando se realizan pagos en puntos de venta físicos. Luego, utilizan esta información para realizar compras fraudulentas.
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Phishing y Vishing: el phishing implica el envío de correos electrónicos fraudulentos que parecen provenir de instituciones financieras legítimas, solicitando información personal o financiera. El vishing es una variante en la que se utilizan llamadas telefónicas.
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Estafas de inversión en criptomonedas: los estafadores prometen altos rendimientos con inversiones en criptomonedas. Pueden crear sitios web falsos, utilizar testimonios falsos de celebridades, y realizar campañas en redes sociales para atraer a las víctimas.
“La ingeniería social sigue siendo una amenaza constante para los datos financieros de los consumidores, pero el fraude evoluciona rápidamente. Y las comprobaciones de verificación rápidas y no intrusivas, como las que ofrece Fourthline, tienen una serie de beneficios. Ayudan a generar confianza, ya que el cliente apreciará que se realice una comprobación, pero no a expensas de la experiencia del cliente. Reducen el fraude, pero no a costa de detener las transacciones genuinas que parecen fraude. Y a gran escala, tienen un impacto positivo en los ingresos”, declara Pierre Matta Country Manager de España en Fourthline, unos de los principales proveedores de verificación de identidad y contratación digital.
Un estudio que lleva a que la verificación de identidad se ha convertido en una herramienta crucial para que las empresas reduzcan el fraude. A través de diversas técnicas y tecnologías, las organizaciones pueden confirmar que una persona es quien dice ser, lo que ayuda a prevenir el acceso no autorizado y las transacciones fraudulentas.