El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, concluye este lunes su mandato tras seis años en el cargo. Sin embargo, el Gobierno aún no ha tomado una decisión definitiva sobre su sucesor. Mientras tanto, la subgobernadora, Margarita Delgado, asumirá el cargo de manera interina, como lo establecen los estatutos de la institución.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha reconocido públicamente que tiene una lista de posibles candidatos para suceder a Hernández de Cos. Aunque ha indicado que aún hay tiempo para tomar una decisión, Cuerpo ha resaltado que considera «varios» candidatos para el puesto. Además, el ministro ha elogiado el «excelente trabajo» realizado por Hernández de Cos durante su mandato.
Tradicionalmente, PP y PSOE habían alcanzado un acuerdo no escrito para renovar la cúpula del Banco de España: el partido en el Gobierno nombraba al gobernador y el principal partido de la oposición, al subgobernador. Sin embargo, en esta ocasión, debido a las tensiones entre ambos partidos, el Gobierno ha vinculado este pacto a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueado por el PP durante cinco años y medio.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, quien fue ministro de Economía entre 2011 y 2018, se ha pronunciado sobre esta situación. Guindos ha defendido la repetición del acuerdo «no escrito» entre el Gobierno y la oposición para renovar la cúpula del Banco de España, recordando que en 2012, como ministro de Economía, alcanzó un acuerdo con el PSOE. Este acuerdo permitió al Ejecutivo de Rajoy designar a Luis María Linde como gobernador y a los socialistas nombrar a Fernando Restoy como subgobernador.
En su última intervención en el Congreso de los Diputados, Hernández de Cos ha pedido mayor consenso político y ha dejado tareas pendientes para su sucesor. Entre los desafíos se incluyen la revisión de la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell desde la perspectiva de la solvencia, la reducción de la tasa de paro, la garantía de la sostenibilidad de las cuentas públicas, la disminución de las vulnerabilidades de ciertos segmentos de hogares —especialmente en relación con la accesibilidad a la vivienda— y los múltiples desafíos de la transición ecológica.