Cinco prácticas para hacer un sitio web inclusivo

Un sitio web inclusivo no solo se trata de garantizar la accesibilidad para personas con discapacidades, sino de crear una experiencia en línea que sea igualmente enriquecedora y accesible para todos los usuarios. La sociedad va avanzando y algunas materias tienen que ir dando un paso más conforme a la realidad en la que vivimos, en particular con las personas LGBTIQ+. El diseño de un sitio web es uno de los principales objetivos para que la tecnología vaya acorde con la sociedad, ya que es una de las partes donde las empresas tienen que ser inclusivas para que todas aquellas personas que pertenezcan a cualquier colectivo se sientan libres e incluidos.

Existe una enorme población que muchos propietarios de pequeñas empresas olvidan tener en cuenta a la hora de diseñar un sitio web: las personas que se identifican como LGBTIQ+. Por ello, apostamos por una educación inclusiva en todos nuestros bootcamps, donde enseñamos buenas acciones para que los futuros profesionales realicen prácticas inclusivas en sus distintos ámbitos y para que la tecnología asegure un futuro sin odio y libre”, cuenta Micael Katzman, Lead Teacher de UX/UI en Ironhack España.
Así el «universo digital» debe tener en cuenta la accesibilidad y la diversidad en los servicios que ofrece, permitiendo que el impacto de la tecnología sea positivo para quienes la utilizan. Desde Ironhack, escuela líder de formación tecnológica, se ofrecen cinco prácticas que pueden incluir los sitios webs para convertirse en un espacio inclusivo.
  1. Definir el público al que va dirigido el servicio: El primer paso consiste en tantear el público al que va dirigido un determinado sitio web o aplicación. Es importante tener siempre presente que el diseño debe estar centrado en el consumidor, pero que no todos los internautas son la audiencia. Por eso, a la hora de crear una aplicación, hay que definir la audiencia y tener en cuenta sus necesidades, para que el producto final se ajuste a lo que se busca.
  2. No incluir preguntas sobre el género de quienes utilizan el servicio: Es esencial darse cuenta de que están empezando a surgir conversaciones sobre el género. Al crear cualquier servicio, es importante tener en cuenta esta información, así como el hecho de que algunas personas no quieren compartir con qué género se identifican – o si se identifican con alguno al cien por cien.
  3. Adaptar la comunicación escrita en el servicio: Relacionado con el punto anterior, y teniendo en cuenta que varias personas no se identifican con ningún género concreto, es importante prestar atención a la forma en que se escribe el texto en el servicio tecnológico. Actualmente, ya existen nuevas grafías, como el lenguaje neutro. Al adoptar estas opciones, el lenguaje se hace más inclusivo y se da una mejor acogida a los usuarios.
  4. Incluir elementos visuales que representen la diversidad: el uso de fotos, vídeos o cualquier otro tipo de ilustración que refleje la inclusión hará que los usuarios LGBTQI+ se sientan bienvenidos. Así, los elementos visuales que muestren, por ejemplo, parejas del mismo sexo o personas trans, pueden marcar la diferencia y ayudar a dar la bienvenida a quienes visiten el sitio web o la aplicación.
  5. Invertir en una educación integradora y centrada en el consumidor: A medida que el movimiento LGBTQI+ cobra protagonismo, aparecen nuevos términos en el «diccionario», y los propios usuarios pertenecientes a este grupo empiezan a tener expectativas diferentes. Es importante que un profesional del diseño conozca estas necesidades y sea capaz de crear un trabajo centrado en el consumidor, aprendiendo, de forma regular, sobre lo que puede ofrecer en un determinado servicio.

Existen varias escuelas con cursos adaptados a la situación actual y alineados con los valores de los mercados, donde estas prácticas son integradas mediante la etapa de formación. Como es el caso del bootcamp de Diseño UX/UI de Ironhack, donde los profesores enseñan a realizar un diseño web desde una perspectiva abierta e inclusiva.

 

Siete pasos a tener en cuenta para elegir un bootcamp tecnológico