Jaime Torres Melo y Jairo Santander, nos dicen en Introducción a las políticas públicas. Conceptos y herramientas desde la relación entre Estado y Ciudadanía (2013), que hablar de políticas públicas es hacer referencia a la materialización de la acción del Estado, y agregan que se trata de un “puente visible entre el gobierno y la ciudadanía” (1).
Me agrada ese término de “puente visible” porque si asumimos que puente es aquello que conecta un punto con otro o que permite comunicar dos lados superando obstáculos que lo impedían, entonces es posible comprender mejor la noción de políticas públicas, pues como resultado de un proceso complejo que busca dar respuesta a un problema o a una necesidad colectiva específica, ofrece una oportunidad para que la sociedad en general y sus autoridades se conecten a los fines de avanzar juntos hacia un fin común que debe buscar el bienestar de todos.
Ese “puente” entre sociedad en general y autoridades, sólo es posible cuando en el proceso de diseño de las políticas públicas se percibe que la misma responde a las expectativas o como dicen los autores ya citados, Torres y Santander, reflejan los ideales y anhelos de la sociedad en general, en tal sentido, habría que preguntarnos si el modelo de economía circular responde a las expectativas de todos, para entonces proceder a construir ese puente y definir una hoja de ruta.
En el artículo anterior, registré la experiencia de Ámsterdam Circular, que como destaqué allí, “lleva diez años por delante de los objetivos marcados por la UE, y su sistema tiene fama de ser el más eficaz y competitivo del mundo (2); ahora quiero enfocar la mirada en la ciudad de Toronto, que para este año 2022, tenía previsto iniciar la definición de su hoja de ruta hacia el modelo circular y en tal sentido, ha publicado un documento marco sobre el cual avanzar en esa ruta prevista, que es calificado como el primer documento de esa naturaleza en toda Canadá (3).
Una mirada a Toronto Circular
Así como la web de la ciudad de Ámsterdam nos permite acceder a su estrategia para alcanzar la ciudad circular; también, la web de la ciudad de Toronto, nos permite tener acceso a un documento que en español se puede identificar como: Línea de Base para Toronto Circular (Baselining for a Circular Toronto. Highligths), el cual fue publicado en febrero 2022 (4).
El mencionado documento nos permite conocer los siguientes aspectos sobre Toronto Circular:
- Una visión de Toronto Circular.
- Sectores claves que representa una oportunidad para avanzar en materia de economía circular.
- Objetivos que orientarán el trabajo de Toronto para la transición hacia la economía circular.
- Indicadores que pueden ser usado para medir los logros y alcances en la ruta hacia Toronto Circular.
En primer lugar, quiero citar la visión que presenta el documento, para comprender el alcance de esa hoja de ruta que ya cuenta con una referencia marco para su desarrollo; en tal sentido, Toronto Circular se presenta como una ciudad que quiere ser reconocida por contar con:
1.- Sistemas alimentarios urbanos regenerativos que protejan y restauren los ecosistemas naturales, preservando la calidad del suelo, el aire y el agua.
2.- Sistema de gestión de recursos más eficiente, donde el residuo provocado por una industria sea reutilizado por otra.
3.- Un diseño creativo del entorno construido para crear edificios e infraestructuras duraderas, adaptables y modulares que sean más fáciles de mantener y reutilizar.
4.- Un entorno que permita reducir las emisiones combinando la economía circular con otras estrategias climáticas.
5.- Una sociedad circular que conecta personas, crea empleos y respeta el planeta.
6.- Capacidad de liderar el camino mediante el compromiso, la incentivación, la gestión y el establecimiento de un marco normativo adecuado.
Para lograr este documento referencial o marco sobre Toronto Circular, se cumplieron una serie de fases que son presentadas de la siguiente manera:
1. Análisis inicial, que precisamente identifica el estado o nivel de circularidad de Toronto. En este caso, según el documento, se identificaron 3 sectores con gran potencial:
1.1 Gestión del agua.
1.2 Construcción, que no se limita al tema construcción, sus desechos y la demolición, sino que de forma amplia aborda la construcción de un entorno adecuado del espacio público para la vida, tal y como lo hace también la estrategia Ámsterdam Circular 2020-2025.
1.3 Sistemas de alimentación.
En esta etapa se registró información muy útil para entender el estado de la circularidad, las barreras u obstáculos existentes y también las oportunidades.
2.- Una segunda fase tiene que ver con el análisis del flujo de material y de las actividades habituales, enfocadas en los sectores que se identificaron en la fase anterior.
Esto permitió visualizar cómo los recursos son consumidos, procesados y desechados; identificando los problemas con la gestión de residuos, así como también, de la economía lineal, para identificar aquellos aspectos en los cuales se puede mejorar a través de la economía circular.
Así mismo, en esta fase se hace un ejercicio en el que se visualizó cómo el consumo y generación de residuos lucirá en cada sector en un futuro definido en 10 años si no se toman las acciones necesarias.
3.- La tercera fase tiene que ver con el Reporte Final, que destaca los resultados más importantes, se concretan los objetivos e indicadores de la propuesta circular, se identifican los actores claves en el proceso de llevar a Toronto a convertirse en una ciudad circular.
El papel de los agentes sociales en la Toronto Circular
El documento nos permite revisar cuál es el papel que según Toronto Circular juegan los distintos actores o agentes sociales a los fines de avanzar en la transición hacia el modelo circular. Veamos:
Cuando se habla de la sociedad civil, se hace referencia a las organizaciones sociales, a los interlocutores sociales, haciendo referencia a sindicatos y comercios, a las propias autoridades y por supuesto al ciudadano en general.
Sobre las organizaciones sociales, Toronto Circular, las identifica como aquellos actores o agentes llamados a contribuir y apoyar una transición hacia el modelo circular a través de su participación en la toma decisiones.
Así mismo en el caso de los interlocutores sociales, como el comercio y el sindicato, son los llamados a representar los intereses de cada sector en la hoja de ruta hacia el modelo circular.
Sobre las autoridades, destaca el marco referencial de Toronto Circular, están llamados a estandarizar y establecer métricas e indicadores internacionales para medir el progreso o avance hacia el modelo circular.
En la estrategia de Ámsterdam Circular, en la introducción del documento oficial, es muy oportuno recordar que allí se expresa el compromiso de las autoridades para inspirar y facilitar la participación de todos los sectores en el proceso de impulsar la transición hacia el modelo circular; esa tarea permite identificar a la autoridad pública local como una suerte de facilitadora de un proceso en el que se acerca la cultura circular a la ciudadanía desde la ciudad y su dinámica.
Retomando la idea del “puente visible”, es posible señalar en este contexto, que las autoridades públicas son las responsables porque no sólo se construya el puente, sino que el mismo sea sostenible y para ello sin duda, el modelo de ciudad circular tiene que ser conocido, comprendido y entusiasmar de tal manera que sea una visión compartida por todos los agentes que integran una misma sociedad.
Por último, sobre nosotros como individuos, se nos hace un llamado para que desde el consumo responsable, podamos contribuir con nuestro comportamiento en la reducción del consumo excesivo, así como también, en el impulso de la demanda para productos y servicios circulares.,
Ahora bien, el mismo documento también expresa cuál es el papel que debe jugar la ciudad en esa hoja de ruta y en tal sentido, nos dice que su papel central esté en liderar la transición hacia el modelo circular, y para ello está llamada a crear condiciones que faciliten la innovación y la capacidad de:
• Movilizar a las partes interesadas en torno a los objetivos circulares
• Educar y mejorar la comprensión de las oportunidades para la circularidad, incluso a través de la ciudad, servicios y procesos de negocios.
• Administrar los activos de la ciudad en un vía circular, incluso a través de Contratación circular
Cuando el documento hace referencia a la ciudad, incluye como agentes del sector privado o negocios, institutos educativos y de investigación, gobierno federal y provincial; así mismo, plantea la necesidad de abordar la cultura circular atendiendo a las particularidades respectivas, en el caso de los indígenas y grupos vulnerables.
Con relación al sector privado, empresarial o de negocios, su papel es reconocido en superar los obstáculos financieros y del modelo de negocio, priorizando diseños y proceso de producción innovadores, identificando así nuevas formas de acceder, usar y reutilizar materiales.
Sobre los institutos educativos y de investigación, les reconoce su papel para profundizar en el conocimiento que permita crear e impulsar equipos de trabajo y profesionales, con herramientas necesarias para promover una justa transición circular.
Por último cuando se habla de gobiernos, federal y de provincia, que son los que destaca el documento, destaca que su papel, como ya se mencionó es crear las condiciones adecuadas para que todos los actores o agentes sociales puedan comprometerse y contribuir con la transición hacia el modelo de economía Circular.
El marco referencial sobre Toronto Circular nos dice que ahora se debe pasar a la acción, que supone ver si los valores circulares son compartidos por la sociedad en general y en consecuencia, soportan y sirven de base para construir ese “puente visible” que se llama en este caso: modelo de economía circular. Un tema que me resulta interesante y oportuno para este Octubre Urbano a que nos invita la ONU.
Carlos Romero Mendoza
@carome31