“Me da miedo que el euríbor siga subiendo”, explica Jonathan, que tiene una hipoteca variable, pero ahora quiere cambiarla a tipo fijo para tener la «tranquilidad» de pagar lo mismo durante los próximos años. Como él, muchos están haciendo en estos momentos la misma reflexión porque en este mes de abril el euríbor ha entrado en terreno positivo por primera vez en seis años.
Esta tendencia ha puesto en alerta a muchos ciudadanos, que buscan cambiar su hipoteca a tipo fijo ante la preocupación de que el euríbor se dispare en los próximos meses y años. Y no solo estos clientes, también los que van a firmar una nueva, como Alejandro, que prefiere «ir sobre seguro».
Entretanto, los expertos solo pueden determinar que hay «mucha incertidumbre», aunque algunos aseguran que «todavía es un buen momento» para cambiarse a tipo fijo y ganar estabilidad. No obstante, difieren en que sea mejor que el tipo variable y Santos González, presidente de la Asociación Hipotecaria Española, señala que «ambas opciones son buenas» y depende del caso particular.
En esta línea, hay quienes todavía no ven una amenaza, como Rafa, que tiene una hipoteca variable, pero no quiere modificarla porque cree que «tardará mucho en subir como para que el tipo fijo compense», apunta.
En este contexto incierto, parece que la preocupación por el euríbor está calando y casi el 74% de las hipotecas firmadas en febrero fueron a tipo fijo. Además, el foco está puesto en la decisión del Banco Central Europeo, que no ha descartado subir los tipos de interés a partir de julio y, si lo hace, impactaría en las hipotecas.
Así, ante el riesgo de que la cuota pueda subir aún más, muchos se lo están preguntando: ¿es el momento ideal para cambiar la hipoteca a tipo fijo y evitar preocuparse del euríbor?
«Hay mucha incertidumbre»
Los expertos, de momento, solo pueden determinar que «hay mucha incertidumbre». Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN), explica que «sabemos que los tipos van a subir, lo que no sabemos es a qué velocidad». Si el Banco Central Europeo decide tocarlos para frenar la inflación, será más caro pedir dinero prestado y las hipotecas se verán afectadas.
Desde la Asociación para la Defensa de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE) explican una realidad: «Si el euríbor se acerca más al positivo, sube la hipoteca». Advierte, además, que junto a la inflación y la subida del precio de la luz que afrontan los hogares, se forma «mapa de riesgos que debe atender el Gobierno para evitar futuros impagos y desahucios».
En este escenario, Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro, indica que «es un buen momento para cambiarse a tipo fijo» porque, a pesar de que ha ido incrementándose, sigue siendo competitivo. Destaca, sobre todo, que el cliente tendrá la garantía de que este gasto importante sea estable en un escenario incierto. Pero no todos lo tienen tan claro y Santos González, presidente de la Asociación Hipotecaria Española, explica que los variables aún son interesantes y ambas «son dos buenas opciones».
En febrero, el 73% de las hipotecas firmadas fueron a tipo fijo
En las hipotecas a tipo fijo la cuota se establece al firmar contrato y el cliente pagará esa cantidad cada mes, independientemente de la variación del euríbor. El 73,8% de las hipotecas de febrero se constituyeron a tipo fijo, el porcentaje más alto de la serie histórica. Según los expertos, esta preferencia podría ser la moda en los próximos meses.
En cuanto a las hipotecas de tipo variable, la cuota se ve afectada por la subida o bajada del euríbor y cambia en cada revisión del contrato. En la crisis de 2008, el euríbor alcanzó el 5,39%, su nivel más alto hasta ahora. Hasta entonces, el 90% de las operaciones se firmaban a tipo variable, según Fernando Herrero, miembro de la junta directiva de ADICAE. Sin embargo, el escenario actual es diferente y en febrero de 2022 representaron solo el 26% de todos los contratos de ese mes, según el INE.
«Me da miedo que el euríbor siga subiendo»
Jonathan firmó su hipoteca hace 14 meses y lo hizo a 30 años. Escogió el tipo variable porque le ofrecía más plazos y una cuota más baja, pero lleva intentando cambiars
“Yo sé que esto va a empezar a subir”, afirma y aunque quiere hacer el cambio lo antes posible, el banco no se la concede de momento porque «va justo» en el pago actual. Así, está esperando a que le suban el sueldo: “Cuando tenga la oportunidad de que mis nóminas sean buenas, haré el cambio”, explica.
“Me da miedo que el euríbor siga subiendo”, cuenta, y que los 670 euros que paga se conviertan en 1.100 euros dentro de cinco años, mientras “la vida y los sueldos siguen igual”. A pesar de que “lo malo del tipo fijo es que te bajan los años y te suben la cuota”, asegura que “te da la tranquilidad de que sabes que pagarás lo mismo durante los próximos años».
Prefiere hacerlo por novación, es decir, “negociar” con su propio banco este cambio, aunque no descarta subrogarla e irse a otra entidad pagando una penalización, que en su caso es “muy baja”.
La situación de Alejandro es similar, pero él está en la fase de estudio para ver si le conceden el 80% o el 90% de una hipoteca nueva. «Quiero ir sobre seguro», explica, y «todos me han dicho lo mismo, tipo fijo, porque los tipos van a subir y el euríbor se va a ver afectado», señala.
«La mayor ventaja, sobre todo, es saber que siempre voy a pagar la misma cuota», explica, y asegura que las entidades no le están poniendo trabas: «Los bancos, al menos de primeras, están bastante receptivos a la hora de hacerme el estudio».
En otra línea, Rafa también tiene una hipoteca a tipo variable, pero ve un horizonte distinto: “Yo no me lo estoy planteando, creo que tardará mucho en subir como para que el fijo compense”, explica. Esto va en la línea de lo que comenta Colombelli, que considera que el euríbor «no va a subir mucho» hasta finales de 2022. De este modo, Rafa, al contrario que Jonathan y Alejandro, piensa a corto plazo y cree que, mientras el euríbor siga incrementándose, los bancos subirán los tipos fijos para hacerlos menos atractivos.
Entonces, ¿es buen momento para el cambio?
«Todavía es buen momento», según Colombelli, siempre y cuando el cliente lo haga en su mejor circunstancia económica y personal, y dentro de la primera quincena del contrato. Como principales ventajas destaca las siguientes:
- Aún es competitivo a pesar de estar por encima del tipo variable.
- Aporta estabilidad.
- Puede haber una mejora de la cuota y condiciones según cada caso.
No obstante, también ve inconvenientes:
- El cliente deberá pagar comisiones de cancelación, sobre todo al principio de la hipoteca.
- Es difícil que se dé por subrogación y la alternativa es cancelar la hipoteca y abrir una nueva, con gastos adicionales de tasación del inmueble, escrituras y notaría.
- No hacerlo en el momento adecuado puede convertirse en un problema, por ejemplo, poco después de haber cambiado de trabajo.
Con esta guía, ambos expertos hacen hincapié en que depende de la situación económica y personal de cada hipotecado y no debe hacerse por impulso. En definitiva, el cliente debe saber si tiene posibilidad de mejorar su contrato y, en ese caso, con qué banco y en qué condiciones.
Para Herrero, una cuota fija del 2,5% implica «pagar un sobrecoste muy elevado durante bastante tiempo» porque «no se prevé que en el corto plazo el euríbor pueda llegar a ese valor». Así, destaca que puede haber personas interesadas en pagar una cuota fija del 1% o 1,3% para los próximos años.
¿Cómo hacerlo?
Según explican ambos expertos, hay tres métodos:
- Novación: consiste en «negociar» con el propio banco. Herrero explica que «depende de la voluntad de la entidad», aunque actualmente es la opción que está «más al alcance de la mano del cliente».
- Subrogación: se trata de llevar la hipoteca a otro banco, con otras condiciones, y más complicada porque tiene costes añadidos.
- Cancelación y apertura de una nueva hipoteca: una de las que menos beneficia al cliente porque debe asumir gastos adicionales de tasación, notaría y escrituras del inmueble.
¿Qué están haciendo los bancos?
Después de la crisis de 2008, los bancos han preferido vender hipotecas a tipo fijo para ganar beneficios, pero ahora, con la guerra de Ucrania, la inflación y la subida del euríbor, están cambiando su estrategia, asegura Herrero.
Tanto Colombelli como él indican que las entidades mantienen una estrategia comercial: bajar las cuotas variables para captar clientes y, a la vez, subir las fijas para que el cliente no las vea viables. «Ahora que los tipos variables apuntan a una senda ascendente, a los bancos les interesa venderlos porque les va a dar más margen de beneficios», explica Herrero.
En este escenario, ambos aseguran que el papel del BCE será clave de cara al resto del año. Con el reciente repunte de la inflación -que ha alcanzado el 7,4% en marzo en la eurozona- la entidad internacional puede incrementar el tipo oficial para frenarla, pero con ello los préstamos se encarecen y pedir dinero a los bancos resulta más caro.
De momento, el BCE no ha descartado subir los tipos de interés a partir de julio, aunque hace hincapié en que prefiere esperar a ver los datos antes de tomar una decisión.
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