Todo parece indicar que lentamente vamos abandonando y dejando atrás lo que fue la pandemia del Covid-19.
Tanto lo relacionado con el mundo laboral está volviendo a su cauce original y, si bien hay prácticas y actividades que se han visto afectadas y jamás volverán a ser como antes, hay otras que se han sabido adaptar a los nuevos tiempos.
Los viajes de negocios, por ejemplo, nunca se han detenido del todo. Su porcentaje se ha visto gravemente reducido, como era de esperar, pero han continuado durante todo el periodo en el que se han permitido los viajes.
Se ha intentado sustituirlos por llamadas y reuniones a través de videoconferencias, pero no ha sido más que un parche temporal. No es lo mismo poder realizar una visita en persona que simplemente hablar delante de una cámara o un teléfono y, de hecho, apenas se han abierto las fronteras los viajes de negocios han vuelto a aumentar su porcentaje.
El modo de viajar ha cambiado y actualmente hay varias consideraciones que tener en cuenta mientras se planifica el viaje y también durante el viaje en sí. Por eso, hemos hecho una breve selección de aquellas que no puedes olvidar.
5 consejos para planificar tus viajes tras la pandemia
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Flexibilidad
Hemos aprendido durante estos últimos dos años que es importante tener un plan B o estar abiertos a la posibilidad de tener que cambiar los planes a último momento.
Un cambio en las restricciones o un resultado de test positivo podían hacer que lo que llevábamos semanas planeando, de golpe tuviese que anularse o posponerse.
Por eso siempre es importante controlar cuales son las políticas de cancelación o modificación del billete de la compañía con la que viajamos. A menudo ofrecen distintas opciones y, por solo mirar el precio, terminamos decantándonos por un billete que no es cancelable.
Es aconsejable que, tras la pandemia, se aumente ligeramente el presupuesto para los viajes de negocios. A veces gastarnos un poco más en un billete puede hacer que luego tengamos menos dolores de cabeza o, en el peor de los casos, que no podamos recuperar lo gastado.
Además, tenemos que también ser más flexibles con nuestros planes. Si bien planificar todo al detalle y hacer cuadrar las fechas no es algo sencillo, tenemos que cambiar la mentalidad.
Ya nadie nos puede asegurar que ese viaje previsto para dentro de dos meses podrá realizarse en esa fecha. Si bien eso siempre ha pasado pero antes era menos probable que alguno de los involucrados tuviese una condición imprevista que le impidiese viajar.
Ahora ya solo un resultado positivo puede hacer que tengamos que reestructurar todo. Por tanto, es recomendable tomar todos los recaudos posibles y tener un plan B que nos permita reorganizar el viaje sin tener que perder dinero por el camino.
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Sostenibilidad
Si bien no está estrictamente relacionado con la pandemia, es verdad que a partir de estos últimos años ha aumentado la conciencia social y empresarial en lo que respecta al medio ambiente.
Quizás se ve impulsada por los desastres ecológicos que ya están a la orden del día o en un cambio en la mentalidad de las personas que cada vez más se preocupan por su entorno.
Sea como sea, es siempre una buena noticia ver que las empresas, que son históricamente quienes más contaminan, estén tomando medidas para solucionarlo.
Eso afecta también a los viajes. La huella de carbono que genera cada desplazamiento, sobre todo en avión y tren, es considerable. Y si nuestra empresa realiza varios de manera periódica, debería empezar a plantearse una opción más sostenible.
Hay muchos software de gestión de viaje que nos pueden ayudar con esta causa. Puede ser buscando una alternativa que contamine menos, aunque suponga un trayecto más largo, o compensando el impacto en el medio ambiente de alguna otra manera.
Existe, GreenPerk, por ejemplo, que es una *Iniciativa que tiene como objetivo compensar el CO2 emitido en cada viaje, incluyendo la estancia y el transporte en el destino. Se cobra un precio por cada tonelada de CO2 y se utiliza para financiar proyectos sociales y enfocados a una mayor sostenibilidad y combatir el deterioro del medio ambiente.
Si queremos ser una empresa comprometida y sostenible, es necesario que lo seamos en todos los aspectos. Los viajes no pueden ser una excepción, nuestra política debe aplicarse también en estos casos y debemos encargarnos de buscar una solución más respetuosa con el medio ambiente.
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Protocolos de seguridad
La seguridad es y ha sido la protagonista de toda la pandemia. Si ya los viajes estaban cada vez sujetos a más controles y comprobaciones de seguridad, ahora hay que añadirles los distintos protocolos de seguridad que cada transporte implementa.
No podemos ignorarlos ya que pueden suponer multas o que directamente no nos permitan embarcar. Cada país y compañía de viaje tiene sus propios protocolos y es nuestra responsabilidad informarnos antes de viajar o, incluso, antes de comprar el billete.
Además, no son los protocolos de viaje los únicos que debemos considerar. Será necesario que nuestra empresa tenga sus propios protocolos de viaje. Hay que salvaguardar la salud tanto de las personas que viajan, como de aquellos que están en contacto con ellos.
Hay que barajar distintas opciones. Por ejemplo, permitir a aquellos que viajan trabajar de manera remota en los días previos y posteriores al viaje.
De esta manera, se minimiza el contacto con otras personas que puedan contagiarlos y, así, tener que cancelar el vuelo. Y, a la vez, se toma una medida extra de seguridad a la vuelta, ya que probablemente esta persona haya estado en contacto con mucha gente y puede contagiar al resto de los trabajadores al volver.
El protocolo se puede ir adaptando a los tiempos y a las distintas restricciones o indicaciones vigentes en cada momento, pero tener una hoja de ruta para utilizar como base es siempre una buena opción.
De esta manera ya se puede planificar de antemano y hacer los ajustes necesarios en la plantilla para que el trabajo no se vea afectado.
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Restricciones
Aunque hablemos de la época “post-covid”, el virus sigue entre nosotros. Por suerte la vacunación y las acciones individuales llevadas a cabo por todos los ciudadanos están haciendo que sus efectos se estén mitigando y, en parte, podríamos seguir volviendo a nuestra vida normal.
Las restricciones impuestas por los gobiernos locales también siguen estando, en mayor o menor medida y debemos respetarlas.
Puede ser que en nuestro país o región de origen, las restricciones no afecten a los viajes o no lo hagan de manera significativa. Sin embargo, es posible que la cosa sea distinta en nuestro destino.
Podemos llegar a un lugar donde nos encontremos desde restricciones para determinados vehículos, alojamientos o incluso a la hora de acceder al país. Muchos países aún solicitan certificado de vacunación válido o resultado de test negativo reciente para entrar.
Por eso, es necesario informarse sobre los distintos protocolos, requisitos y restricciones del lugar al que nos dirijamos. Muchos países tienen requisitos distintos dependiendo del país o zona de la que provienen los pasajeros, por tanto también debemos tener en cuenta eso.
Lo mejor es siempre recurrir a información oficial, podemos encontrarlo en el ministerio de exteriores del país al que nos dirijamos, también podemos encontrarlo en el ministerio de nuestra localidad o las agencias de viajes pueden también asistirnos y proporcionarnos la información correcta.
Dependiendo del país, el incumplimiento de las restricciones pueden llevar multas muy cuantiosas, por eso, por el bien de todos, es mejor ir preparado e informado para evitar sanciones y malos tragos.
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Confianza y prudencia
La sensación de desconfianza y el miedo han sido los protagonistas de esta pandemia. La gente ha dejado de sentirse segura y eso ha llevado a que limiten sus actividades al mínimo.
Esta postura era correcta al principio, pero habiendo ya pasado dos años desde el inicio, ya se cuentan con herramientas y conocimientos suficientes como para permitirnos realizar una vida dentro de todo normal.
Muchas personas aún dudan sobre si los viajes son realmente seguros y podemos decir con cierta confianza que actualmente lo son. Evidentemente, nadie puede asegurarnos que durante el trayecto en sí, o moviéndonos por ciudades y lugares públicos estaremos a salvo del virus.
Pero en todos los lugares concurridos hay protocolos y medidas que hacen que el riesgo sea el mínimo posible. Hay un porcentaje que depende de cada uno, nadie sabrá cuidarse mejor que uno mismo, por lo que no hay que bajar la guardia del todo, pero podemos relajarnos aunque sea en lo mínimo.
Esto aplica tanto a viajes de negocios como a viajes de ocio. La seguridad es importante, así como la prudencia, sin embargo también debemos confiar en los que nos rodean y pensar que las medidas que toman son por nuestro bien y tienen el fin de cuidarnos.
El equilibrio es lo que nos permitirá tener un viaje agradable y que podamos disfrutar, aunque sea para trabajar.