Divertirse, probar suerte y, de paso, ganar dinero. Es el sueño de todo aquel que apuesta. Pero, como ocurre en los juegos de azar, es importante jugar con cabeza para evitar comportamientos obsesivos y hasta adicciones que pueden ser muy dañinos.
No significa que haya que renunciar a lo que para muchos es un pequeño placer, pero sí tener en cuenta algunas pautas y consejos que ayudarán a disfrutar de las apuestas con seguridad y con responsabilidad. A ello habría que añadir que todas las casas de apuestas están obligadas a contar con mecanismos de autoexclusión.
Apostar con responsabilidad es posible
Nada impide apostar diariamente y disfrutar de ello sin ningún riesgo, siempre y cuando se realice de una manera controlada. Para ello, conviene tener en cuenta toda una serie de recomendaciones:
– Tener claros los motivos por lo que se apuesta. Una cosa es apostar por pura diversión y otra muy distinta hacerlo con el único objetivo de ganar dinero rápido. Cambiará la manera de apostar y también el riesgo de perder el control.
– Ser conscientes de que las apuestas son un juego. A veces se gana y a veces se pierde. Por ello, no hay que obsesionarse con ganar.
– Elegir con criterio la casa de apuestas. No todas ofrecen las mismas condiciones y en algunos casos ofrecen bonificaciones o promociones que pueden resultar interesantes. También hay que evitar cualquier sitio que levante sospechas.
– Informarse bien. Todas las apuestas tienen un fuerte componente de azar. Sin embargo, la información (equipos, resultados, jugadores, etc.) sí puede incrementar las posibilidades de obtener ganancias. Lo ideal es apostar solo en deportes que se sigan habitualmente o juegos que se conozcan, hacerlo porque sí o por probar no suele dar buenos resultados.
– Fijar límites es fundamental. Siempre debe haber un tope de dinero para apostar que no se puede superar bajo ningún concepto. Y también es conveniente establecer un tiempo máximo para dedicar a las apuestas.
– Apostar siempre en frío y no esperar resultados inmediatos. Las emociones suelen ser malas consejeras, por eso, a la hora de apostar hay que dejarlas a un lado. Y, a la vez, es importante ser conscientes de que el mundo de las apuestas es una carrera de fondo.
– En caso de perder el control, es importante solicitar ayuda antes de que sea tarde. Existen mecanismos como la autoexclusión que, a pesar de no ser la solución definitiva, sí pueden ser de enorme utilidad.
Cómo solicitar la autoexclusión del juego
Locales de juegos y apuestas, así como operadores online, están obligados a incluir en un lugar visible un icono que representa una mano abierta en color blanco rodeada de un círculo rojo. Es el símbolo de autoexclusión, un mecanismo de protección cuando, de algún modo, se ha perdido el control.
Esa autoexclusión supone la inclusión en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). La finalidad de este es recabar la información que permita hacer efectiva la prohibición del acceso al juego o a las apuestas en aquellas páginas donde sea necesaria la identificación para apostar.
Esa exclusión se realiza de dos formas: voluntariamente o por terceros (en caso de resolución judicial). En el primer caso, y si se trata de casas de apuestas online, solo hay que pinchar en el icono para acceder a la web de la Dirección General del Juego y, más concretamente, del RGIAJ. allí se explican las tres formas de solicitar la autoexclusión: vía internet, de forma presencial o a través de la app DNIe autoprohibidos.
Esa autoprohibición tiene carácter permanente, aunque a partir de los seis meses después de su solicitud se puede revertir a través de los mismos canales en los que se puede pedir la inclusión en el RGIAJ.
En definitiva, las apuestas pueden ser una forma más de pasar un rato divertido y, con un poco de suerte, ganar algo de dinero. Pero conviene no dejarse llevar y mantener siempre el control de las emociones.