Acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos sobre el ‘mecanismo de equidad intergeneracional’ de las pensiones, que supondrá una cotización adicional de 0,6 puntos porcentuales durante la próxima década para garantizar la jubilación de la numerosa generación del baby boom.
Pacto social solo a dos bandas, sin las patronales de empresarios, que se descolgaron este lunes de la propuesta del ministro José Luis Escrivá para sustituir el ‘factor de sostenibilidad’ del PP.
Los empresarios se resistían a cotizar más para contribuir al sistema de pensiones, algo que han apoyado CCOO y UGT al considerar que permite abandonar la lógica de recortes del pasado y sustituirla por un refuerzo de los ingresos de la Seguridad Social.
El mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) pactado con los sindicatos consiste en lo siguiente: las empresas y los trabajadores aportarán 0,6 puntos porcentuales más a la Seguridad Social durante los próximos diez años, de 2023 a 2032, para financiar las pensiones.
El reparto de cómo se asumirá esta carga adicional es finalmente más ventajosa para el trabajador de lo inicialmente planteado: 0,5 puntos adicionales los pagará la empresa y 0,1 puntos quedan a cargo del empleado, frente a la relación de 0,4 y 0,2 que había propuesto el ministro José Luis Escrivá a empresarios y sindicatos el pasado lunes.
Los fondos recaudados a través de esta cotización adicional se acumularán en la llamada ‘hucha de las pensiones’, el Fondo de Reserva, y pretenden funcionar como un «colchón» de ingresos para afrontar el reto de la jubilación de los baby boomers.
Bajo la «generación del baby boom» en España se engloba a las personas nacidas entre mediados de los 50 y los 70, años en los que aumentó mucho la población del país.
Estas cohortes de población se encuentran ahora en edades entre los 44 y los 64 años, aproximadamente. Las generaciones siguientes, en cambio, fueron menos extensas. Y he aquí el reto: el sistema tendrá que soportar durante algunas décadas un gran número de pensionistas con una masa de trabajadores más limitada.
Por poner una referencia: según estima la Autoridad Fiscal (AIReF), la tasa de dependencia de mayores –población mayor de 66 años sobre población en edad de trabajar– se duplicará, pasando del 26% actual al 53% en 2050, el año de mayor tensión.
«50.000 millones» en la hucha de las pensiones en 2032
El responsable de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha comparecido ante los medios de comunicación al término de la tarde para dar cuenta del acuerdo con los sindicatos.
El ministro ha lamentado que las patronales se hayan desmarcado al final de la negociación del MEI y ha criticado que los empresarios «no han presentado ninguna propuesta» como alternativa.
Para un salario medio, como «caso representativo», el mecanismo de equidad supondrá cotizar unos «12 euros mensuales» más a las arcas de la Seguridad Social, ha afirmado Escrivá.
«No llega a 2 euros del trabajador y 10 euros por parte de la empresa», ha apuntado el ministro. La distribución, que deja algo más del 80% de la aportación a cargo del empleador, es la misma que rige la cotización a la Seguridad Social hasta la fecha (23,6% de la empresa y 4,7% del empleado).
Según los cálculos del Ministerio, esto permitirá sumar unos «50.000 millones de euros de colchón» en la ‘hucha de las pensiones’ en 2032, al final de la década de cotización adicional, ha sostenido José Luis Escrivá.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social llegó a acumular casi 67.000 millones de euros, pero en la actualidad tiene apenas 2.000 millones después de que el Gobierno de Rajoy la vaciara casi por completo.
Un mecanismo en dos fases
El aumento de la cotización supone solo la primera fase del MEI. El ministro encargado de la reforma de pensiones, José Luis Escrivá, ha pactado con los sindicatos un seguimiento de las cuentas de la Seguridad Social y de la previsión del gasto en pensiones en estos años más tensionados, con la posibilidad de que pueda desplegarse una segunda fase del mecanismo de equidad en el futuro. En este punto, los sindicatos han conseguido también modificar la propuesta inicial del Ejecutivo.
«En el caso de que no se diera una desviación de la senda de gasto previsto» en pensiones, «no se aplicará ninguna medida y se planteará la utilización de los recursos del fondo de reserva para reducir las cotizaciones sociales o mejorar la cuantía de las pensiones», recoge el comunicado conjunto difundido esta tarde.
Pero, si a partir de 2033 «se apreciara en los Informes de Envejecimiento (Ageing Report) de la Comisión Europea una desviación de la previsión de gasto en pensiones a 2050 respecto al informe de 2024 (que se usará como referencia)», se utilizará el dinero acumulado en la ‘hucha de las pensiones’ gracias a esta cotización adicional, «con un límite de disposición anual del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB)», recoge el pacto.
Si estos fondos no fueran suficientes para cubrir la desviación del gasto previsto, «el Gobierno negociará con los interlocutores sociales para su elevación al Pacto de Toledo, de acuerdo con sus recomendaciones, una propuesta que, de forma equilibrada, se dirija bien a reducir el porcentaje de gasto en pensiones en términos de PIB, bien a incrementar el tipo de cotización u otras fórmulas alternativas para aumentar los ingresos», apunta el texto.
¿Qué cambia el acuerdo final respecto a la oferta de partida de Escrivá? La segunda fase del mecanismo queda pendiente de negociación futura, pero ya no se decanta por aplicar de manera prioritaria medidas de reducción del gasto (que podrían suponer recortes en pensiones, entre otras posibilidades). El pacto contempla estas medidas, pero también «incrementar el tipo de cotización u otras fórmulas alternativas para aumentar los ingresos», una reclamación de CCOO y UGT.
Cotizar más en lugar de recortes en las pensiones
Ante el reto del baby boom, el ministro José Luis Escrivá defiende que el sistema público de pensiones es sostenible con algunos ajustes, sin tener que aplicar los recortes que producía la reforma de 2013, y que el propio Gobierno de Mariano Rajoy dejó sin aplicación al final de su mandato.
Una de las herramientas clave de la legislación del PP era el ‘factor de sostenibilidad’, que vinculaba la cuantía de las prestaciones de los futuros pensionistas a la esperanza de vida, de tal manera que se reducían progresivamente. Los que asumían mayores recortes en la pensión futura eran, por tanto, las personas más jóvenes, ya que se supone que vivirán más años.
El Gobierno de coalición se comprometió a derogar este factor y a sustituirlo por el ‘mecanismo de equidad intergeneracional’ (MEI). En un inicio, el ministro José Luis Escrivá afirmó que el nuevo elemento podría producir un «pequeño ajuste» en la pensión de los baby boomers o retrasar su acceso al retiro, lo que generó una gran polémica y forzó al ministro a matizar sus palabras.
Al final, la propuesta de MEI que la Seguridad Social ha llevado a la mesa de negociación ha sido muy diferente. El mecanismo se dirige a recaudar más fondos para la Seguridad Social, a cargo de los trabajadores y las empresas en activo en la próxima década, frente al enfoque de los recortes crecientes sobre todas las pensiones a partir de 2023, que suponía la legislación anterior.
Este cambio de enfoque es lo que ha llevado a los sindicatos a pactar con el Gobierno y lo que más han destacado los líderes de CCOO y UGT en los últimos días. Unai Sordo, secretario general de CCOO, ha subrayado en su cuenta de Twitter varios motivos por los que considera que el MEI pactado es «equitativo».
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha celebrado por su parte enviar «al baúl de los recuerdos» el factor de sostenibilidad del PP. «Conseguimos que las pensiones no se bajen, que no aumente la edad de jubilación, mantener el poder adquisitivo de los pensionistas y sobre todo asegurar el futuro», ha subrayado Álvarez tras el acuerdo de este lunes.
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