Comisario de economía de la UE: «En España hay demasiados empleos precarios»

El responsable de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Paolo Gentiloni, ha asegurado en su visita a España que «la reforma laboral está recogida en el Plan que fue aprobado por Europa», y apunta que «en España hay demasiados empleos precarios», en una entrevista concedida al programa Europa 2021 de RTVE.

Gentiloni es uno de los pesos pesados de la Comisión Europea, en la entrevista repasa la reforma laboral en España recogida en el Plan de Recuperación; los efectos del rebote económico que suponen un riesgo de inflación y el «impuesto global de sociedades» que previsiblemente se aprobará este fin de semana en el G20 de Roma.

Pregunta.– En primer lugar tenemos que hablar de deuda y déficit, del pacto de estabilidad -siempre cuestionado, pero ahora mismo en revisión- pensando en la pospandemia… ¿Va a ser posible llevar a cabo el pacto sin recortes en la inversión pública?

Respuesta.- Esa es la discusión que acabamos de plantear relacionada con el pacto de estabilidad y crecimiento. Creo que tenemos que buscar soluciones que nos permitan tener un crecimiento sostenible que perdure. A este siempre lo llamamos el “pacto de estabilidad”, pero es el de “estabilidad y crecimiento” y quizás hoy tendríamos que denominarlo “pacto de estabilidad y crecimiento sostenible”.

Tenemos que afrontar varias cuestiones y, entre ellas, cómo mantener alto el nivel de inversiones públicas. No seríamos serios si nos comprometiésemos con la actual transición verde y digital, con la inclusión social y, luego, nuestra inversión pública se redujera como en la última década. Sí, las inversiones son el centro del debate sobre el pacto de estabilidad.

P.- En Europa hay varias velocidades y diferencias entre los estados miembros. Alemania va a tener un nuevo líder… ¿Si se agota la actual prórroga y no hay acuerdo, hay un «plan B» de cara al año 2023?

R.- Yo soy optimista. Creo que el consenso es posible en 2022 para que podamos entrar en una nueva era pospandémica con mejores reglas fiscales con las que podamos afrontar los nuevos retos que afronta nuestra economía.

P.- En esta nueva etapa, ¿van a proteger especialmente las inversiones verdes y digitales?

R.- ¿Podemos arreglárnoslas para llevar a cabo esta transición sin inversión pública? No. Solo de cara a las inversiones relacionadas con el clima, según nuestras estimaciones, necesitaremos en los próximos años, cada año, unos 520.000 millones de euros adicionales. Por supuesto que mayoritariamente inversiones privadas, pero no podemos depender sólo de las privadas. Hay varios sectores que necesitan la intervención pública. Por ejemplo, la electrificación de los coches.

El comisario económico de la Unión Europea, Paolo Gentiloni, durante la entrevista con el director del programa Europa 2021, José Carlos Gallardo. EUROPA 2021

P.- Hablemos de los fondos de recuperación. ¿Cómo ve el plan de España, con reformas pendientes como la laboral y la de las pensiones?

R.- El plan español es uno de los que va a recibir una de las mayores contribuciones en materia de transferencias de la deuda común europea y, por esa razón, es un plan muy importante. España fue uno de los primeros países en presentar su proyecto a la comisión, y el plan aprobado es muy bueno porque incluye prioridades como lo verde y lo digital, la igualdad de género y la inclusión social que han de llevar a históricas reformas.

Las recomendaciones a España desde la Comisión, durante el último año, siempre han apuntado hacia la necesidad de afrontar las dificultades del mercado laboral y del sistema de pensiones, que son extremadamente importantes.

Son capítulos cruciales del plan español y confiamos en que se lograrán a través del diálogo social y que, con la cooperación de todas las instituciones públicas, el gobierno hará buenas propuestas para afrontar esas cuestiones.

P.- En España tenemos un intenso debate político con la reforma laboral.

R.- Es comprensible porque las reformas del mercado laboral siempre han sido materia de mucho debate en todos los países europeos durante los últimos años. El objetivo general está muy claro. Necesitamos que sea un mercado laboral dirigido a solventar problemas como el exceso de segmentación que hay en el sector laboral español, con demasiados empleos precarios.

Hay que hacer un mejor uso de la negociación colectiva y encontrar el equilibrio entre la seguridad y la flexibilidad. Esos son los grandes objetivos desde nuestro punto de vista y también son los objetivos que están recogidos en el plan que compartimos con las autoridades españolas y que fue aprobado desde Europa.

P.- España, como la mayoría, no ha pedido créditos Next Generation, sólo transferencias. ¿Son claves los recursos propios?

R.- Hasta ahora solo un limitado número de países han solicitado su parte correspondiente de créditos. La mayoría de los países han pedido transferencias. Esta situación puede cambiar en el futuro porque existe la posibilidad de que pidan créditos hasta agosto del 2023. Así que algunos pueden decidirlo después de que se haya puesto en marcha el proceso, después de que hayan comprobado cómo funciona el mecanismo del plan en cuanto a subvenciones y créditos.

Es una decisión de los gobiernos nacionales y la obligación de la Comisión es lograr un acuerdo sobre cómo reparar la deuda común. El reembolso comenzará en 2028, que parece un año muy lejano, pero si queremos estar preparados para entonces tenemos que disponer, en los próximos dos o tres años, de propuestas basadas en los llamados recursos propios. Será el modo de fortalecer el presupuesto europeo y de cubrir esa deuda común.

P.- En el conjunto de Europa vemos que las previsiones ahora mismo son positivas, pero ¿va todo a la velocidad que esperaban? Porque hay temor a que se dispare la inflación, hay crisis en la cadena de suministros y, además, están los precios de la energía.

R.- Diría que algunos de estos riesgos son generados por la fortaleza de la recuperación que estamos experimentando. Parte del problema es exactamente el efecto colateral de la velocidad y la fortaleza de la recuperación, que está provocando cuellos de botella en la cadena de suministros, la falta de gas y el alza de precios de la energía… Esto ocurre por un repentino nivel de crecimiento europeo que no habíamos experimentado en las últimas décadas. Por supuesto que esto ocurre después del nivel de crecimiento negativo que tampoco habíamos vivido en las últimas décadas.

El verdadero reto que tenemos por delante es que esta recuperación no se limite al rebote del menos 6 % al 6 % positivo y que sea un crecimiento sostenible para los próximos cinco, seis o diez años. Ese es nuestro reto. En cualquier caso, si nos fijamos en el próximo año, o año y medio, nuestra previsión es superpositiva.

P.- La Unión Europea está sumergida en el debate sobre la condicionalidad del Estado de derecho para poder acceder a los fondos y se habla de Hungría, y últimamente más aún de Polonia.

R.- Nosotros tenemos unos principios que no se pueden subestimar. Uno de ellos es la supremacía de la ley comunitaria que tiene que ser reconocida. Ahí está la discusión con el gobierno polaco sobre. Para que los países recibieran una gran cantidad de fondos comunes tenían que respetar las condiciones de la Comisión.

No hay ninguna guerra contra Polonia, nuestra intención es apoyar al pueblo polaco. Los polacos están entre los ciudadanos más pro europeos y lo que hay es una firme petición al gobierno de Polonia para que respete las condiciones de nuestro plan Next Generation.

Unas condiciones que deben ser respetadas por todos y cada uno de los países. Incluidas aquellas cuestiones que tienen que ver con el Estado de derecho como la independencia judicial.

P.- Este fin de semana el G20 tiene cita en Roma, donde está previsto que salga adelante el ambicioso «impuesto global de sociedades».

R.- Sí, es muy importante. Creo que es interesante que recordemos que frecuentemente, a lo largo de la historia, las grandes crisis han contribuido a cambiar las reglas globales. En este caso, el acuerdo que han alcanzado los ministros de economía del G20 y que va a ser aprobado por los líderes en Roma es un acuerdo que va a establecer dos importantes principios.

En primer lugar, va a haber un impuesto mínimo del 15 % para las multinacionales que que va a hacer más difícil que las grandes corporaciones acudan a paraísos fiscales porque, como mínimo, tendrán que pagar un 15 % en cualquier parte del mundo.

Y en segundo lugar, es lo que llamamos la reasignación de derechos tributarios que, resumiendo, significa que las multinacionales tendrán que pagar gran parte de sus impuestos allí donde estén obteniendo sus beneficios y no donde tengan establecidas legalmente sus sedes.

Es un cambio de juego en el sistema tributario global. Ahora tenemos que aceptar esos principios e introducirlos en la legislación comunitaria. Calculo que será a partir de finales de año cuando este impuesto mínimo de sociedades entrará en la Comisión.

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