En una carta abierta, los padres de Manuel y Pablo explican cómo estos hermanos MIR de Granada se volcaron a los estudios para cuidar de su madre.
La carta escrita por Manuel y Teo, y dirigida al diario IDEAL – del cual la tomamos y reproducimos a continuación- es un conmovedor relato de dos hermanos que vieron en el estudio de la medicina una oportunidad para ayudar a su madre.
«Sr. Director de IDEAL: No sé cómo empezar para transmitir y decir en voz alta lo orgullosos que nos sentimos, su madre y yo, de nuestros hijos. Uno de ellos, el mayor, Manuel, es médico y está realizando el MIR en Antequera. El otro, Pablo, también es médico y está preparando el MIR.
Llegar hasta aquí, y sin pensar en lo que pueda quedar, no ha sido fácil para esta familia. Cuando el mayor estaba en tercero de Medicina en la Universidad de Granada y el menor, preparando la Selectividad, tuvimos la gran fatalidad que nos afectó y marcó a todos nuestras vidas. Su madre, Teo, sufrió un ictus muy grave. Quedó gravemente afectada psíquica y físicamente, con una ausencia importante de autonomía personal, pero damos gracias a Dios por tenerla con nosotros. Después vino la operación de corazón, sustituyéndole una válvula que tenía mal, que fue la causa del ictus, su rehabilitación, incapacitación laboral, dependencia… Hemos aprendido a vivir en ella y con ella. Teo fue pasando progresivamente de estar en cama, a la silla de ruedas y de ahí, al bastón, con una superación física y mental digna de elogio.
Esa grave situación familiar podría haber afectado negativamente en la formación, maduración y estudios universitarios de nuestros hijos, en cambio, creo que lo que hizo fue reforzar su vocación por la Medicina. Su madre les decía muy en serio: «Cuando seáis médicos, me vais a curar…»
Los caminos que recorremos no son de color de rosa y se presentan obstáculos constantemente. Al principio de las desgracias hay mucha gente a tu alrededor, a las pocas semanas, estás solo. Y piensas si tendrás fuerzas para asumir la realidad y tirar con ella. En ese camino ha habido personas que han estado siempre junto a nosotros en la adversidad, y me refiero muy especialmente a mi querida madre, que no está ya con nosotros, y que ha sido la persona más buena y dedicada a sus hijos que conozco. Y mi padre, junto a ella en silencio, haciendo todo lo bueno que estaba en sus manos
También ha habido otras personas sin mayor vínculo que la confianza y amistad que demostraron hacia nosotros un apoyo cargado de una humanidad infinita. En este último apartado se encuentra una de las personas más importantes de ayuda y atención que tuvimos y que falleció desgraciadamente a los 46 años, dejando a tres hijos sin su madre a raíz de un infarto al corazón. Sonia, un ángel, que hoy seguro estará viéndonos desde el cielo. Queremos darte las gracias por todo el bien que nos hiciste. A Dios le pedimos que te recompense por tus acciones y que guarde a tus hijos y marido.
Ahora miramos hacia atrás y parece que fue ayer cuando dieron sus primeros pasos Manuel y Pablo, nuestros hijos. ¡Tanto esfuerzo superando fases y etapas de la vida intentando ayudarles y aconsejarles lo mejor que sabíamos para que madurasen y se hiciesen buenas personas!
Ahora han finalizado los estudios que eligieron. Para materializar nuestro orgullo, vamos hacer un acto muy familiar en nuestro pueblo y en la cueva de su abuelo, en la que nació su padre y su tío, en donde invitaremos a la familia y allegados que quieran acompañarnos para que Manuel y Pablo no olviden nunca sus más que humildes orígenes».