“Oportunidad”, ¡vaya palabra! Ansiada por muchos, desperdiciada por otros. Pero, ¿realmente es tan escasa como cuentan? Se dice que hay “trenes” que sólo pasan una vez en la vida, si no te subes, no te quejes luego; esto, haciendo alusión quizá a una gran oportunidad.
¿Qué pensarían si les dijera que las oportunidades no pasan? Se crean, se visualizan y más importante aún, se aprovechan. La capacidad de poder identificarlas es la verdadera clave, pero, ¿cómo lo logramos?
El 90 por ciento de nuestro cerebro corresponde al subconsciente, el cual funciona como un disco duro que almacena información del entorno y también información que nosotros le proporcionamos. El otro 10 por ciento es la parte consciente, con la cual tomamos las decisiones, evaluando la información que está contenida en el subconsciente, es decir, en el otro 90 por ciento de nuestro cerebro.
Ahora llevemos esto a un plano de ejecución real. Imaginemos que vamos a una feria tecnológica a ver nuevos proyectos en este campo, (pero no es nuestro campo de estudio ni de interés), luego nos piden que identifiquemos el proyecto que creamos es el mejor o de mayor impacto. Quizá haríamos una mala elección por obvias razones. Pero, ¿qué sucede cuando le piden lo mismo a alguien que si se interesa en ese campo y llegó con los sentidos alerta para identificar un proyecto en el cual involucrarse?
Probablemente esta persona si haga una buena elección y tenga éxito. ¿Cómo es esto posible si ambos observaron los mismos proyectos? Una sola palabra: Información. Exactamente, así como lo ven. La información es la base lógica para poder identificar las oportunidades.
Por esta razón, el otro sujeto si pudo establecer criterios para hacer una buena elección, porque en su subconsciente está almacenada la información necesaria para tener éxito en este campo, lo cual le permite tener la habilidad de identificar estas oportunidades que quizá para otros son invisibles o inexistentes.
Si nos interesa algún campo en particular debemos buscar la mayor cantidad de información posible, asistir a eventos que estén relacionados, crear o unirse a grupos de personas que comparten el mismo interés. Así las oportunidades serán creadas, visualizadas y aprovechadas; y no se nos “pasará el tren.”
Como vemos, no podemos dejar a la suerte el hecho de identificar oportunidades, ya que esta habilidad es el resultado de la obtención y aplicación de la información que hemos recolectado a lo largo de nuestro aprendizaje que, dicho sea de paso, debe ser diario.
Así que, considerando lo anterior dicho, la próxima vez que veas venir “el tren de la oportunidad” espero tengas la información necesaria para poder abordarlo. Nunca olvides que “la oportunidad hace a los campeones”. Aprovéchala.
Santos Gabriel Velásquez Sierra, microempresario hondureño.