La medida económica busca promover un cambio en el gobierno ‘bolivariano’ para que regrese a “un régimen constitucional”.
Venezuela podrá afrontar en las próximas semanas nuevas sanciones internacionales. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, y el canciller argentino,Jorge Faurie, han anunciado que estudian implementar sanciones petroleras a Venezuela para presionar al mandatario Nicolás Maduro y que regrese a un «régimen constitucional».
«Uno de los aspectos que se considera al sancionar el petróleo es cuáles serían las consecuencias sobre el pueblo venezolano. Al no hacer nada, es también pedir que el pueblo venezolano siga sufriendo», aseguró Tillerson en una rueda de prensa junto a Faurie en la sede del Ministerio de Exteriores argentino.
El jefe de la diplomacia estadounidense reveló que están estudiando «sancionar el petróleo», prohibir su venta en Estados Unidos o «refinar productos que vengan de Venezuela». En este sentido, ha agregado que “no podemos permitir la destrucción de Venezuela», aseveró antes de insistir en que el «desacuerdo» de Argentina y Estados Unidos es «con el régimen» de Maduro y no con los ciudadanos, que están «sufriendo enormemente».
Por ello insistió en que, antes de poner en marcha medidas de este tipo, es esencial analizar cuáles serían sus efectos en el pueblo y en otros países de la región para tener «cuidado de no afectarlos negativamente». Con él coincidió Faurie, quien apuntó que «controlar el financiamiento» del país caribeño es una herramienta «absolutamente importante» que han considerado ambos durante su encuentro.
Estudio a profundidad
Tanto Estados Unidos como Argentina han recalcado que, antes de tomar medidas en torno a las ventas y el comercio del petróleo, es esencial realizar un «monitoreo preciso» sobre su impacto, de forma que haya un «justo balance de lo que necesita la nación venezolana y lo que está siendo utilizado por los dirigentes venezolanos«.
Sobre la posibilidad de impedir la participación de Venezuela en la próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará en abril en Lima, tanto Faurie como Tillerson aseguraron que respetarán la decisión del país anfitrión y destacaron que no pretenden condicionar su postura. «Va a ser un desafío, obviamente, ver cómo se pueden tener conversaciones productivas porque no sabemos cuál va a ser el temario y la participación que tendrán los venezolanos en la reunión», admitió el secretario de Estado norteamericano.