El proceso de reestructuración de la deuda del país latinoamericano pone en ‘jaque’ la poca estabilidad percibida dentro del sector petrolero.
Las compañías estadounidenses de servicios petroleros podrán cancelar sus acuerdos con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Durante las próximas semanas estudiarán si continuar trabajando o no, así como las perspectivas que existen de amortizar cientos de millones de dólares en deudas por facturas vencidas.
Es conocido que las compañías de servicios petroleros son críticas con la gestión de Venezuela, que está luchando con una profunda crisis económica marcada por la escasez de alimentos y medicinas. De ahí que el petróleo casi sea el único motor económico del país, generando más del 90 por ciento de los ingresos de exportación del país.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, señaló que el país planea reestructurar unos 60.000 millones de dólares en bonos, lo que se consideró como una posible señal de incumplimiento que podría afectar a otros acreedores. No obstante, la firma de inversiones Torino Capital, que tiene su sede en Nueva York, calcula que además de los bonos, Venezuela debe unos 26.000 millones de dólares a otros acreedores y 24.000 millones de dólares en préstamos comerciales.
Las empresas de servicios petroleros ahora deben poner en la balanza la perspectiva de trabajo en el país sudamericano miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) frente al riesgo de tener que asumir amortizaciones. Varias ya han tenido que depreciar abruptamente el valor de pagarés que han recibido por trabajos en Venezuela.
Los proveedores con facturas vencidas incluyen a compañías de servicios para campos petroleros, operadores de instalaciones de almacenamiento y empresas navieras. Todos desempeñan un papel clave para mantener el flujo de petróleo a los mercados mundiales. Por ejemplo, la estadounidense Halliburton tiene unos 727 millones de dólares invertidos en Venezuela, incluidos 429 millones de dólares en facturas pendientes, según su informe financiero más reciente.
Sin olvidar que Schlumberger tiene alrededor de 700 millones de dólares en riesgo, incluyendo cuentas por cobrar y un pagaré por trabajos anteriores. Weatherford International tiene al menos 158 millones de dólares en facturas pendientes y Baker Hughes tiene cuentas por cobrar e inventarios valorados en 100 millones de dólares, según sus más recientes informes financieros.
El retraso de Pdvsa para pagar a los buques petroleros aumentó recientemente, ya que se dio prioridad a los compromisos con los inversores en bonos sobre los proveedores, según transportistas. La compañía también está perdiendo otros proveedores de servicios por la falta de puntualidad en los pagos.
El reducido acceso a la infraestructura para mezclar y enviar petróleo ha contribuido a las menores exportaciones de crudo de Pdvsa, que cayeron a 1,47 millones de barriles por día (bpd) en el tercer trimestre, un 9,7 por ciento menos que en el mismo período de 2016.