Bastaron solo 14 horas para que los Estados Unidos y la Unión Europea hicieran público un cambio de postura sobre las patentes que hacía solo un mes parecía imposible: las dos potencias mundiales han propuesto la suspensión de las vacunas contra el Covid-19 de cara a un futuro próximo.
De esta manera, las dos entidades se han sumado a las peticiones que ya habían hecho anteriormente países como India o Sudáfrica para que los países con escasos recursos tengan acceso a la vacuna.
Aún así, desde TBS en Barcelona alertan de los riesgos que puede conllevar la decisión de levantar las patentes para toda la sociedad, especialmente en cuanto a si se tiene en cuenta las inversiones estatales en el I+D que ha llevado a desarrollar las vacunas.
El profesor Yancy Vaillant, profesor de Estrategia, Emprendimiento e Innovación en TBS en Barcelona y experto en patentes y su aplicación en el emprendimiento, puntualiza que en el caso de las vacunas “se trataría de determinar si dichas inversiones estaban solamente destinadas a estimular la labor de I+D, o eran un esfuerzo de co-creación para la producción y comercialización de las vacunas”.
El profesor Valliant explica que en el caso de una alianza de co-creación publico-privado, por un lado el sector farmacéutico “no tiene legitimidad para apoderarse de los frutos de la inversión pública”, mientras que las administraciones “tienen mucho más poder y control” sobre la explotación comercial de las vacunas aún así, “El problema es que el sector público no suele asumir al completo la posición (por razones ideológicas o de recursos y capacidades internas) de poder que les toca en los procesos de comercialización”.
“Vista la urgencia cuando surgió la epidemia, y el poco poder de negociación que tenían las instituciones públicas para imponer sus condiciones de comercialización en un principio, es poco probable que lo privado hubiera sido incentivado en reorientar todo su efectivo a esa vacuna, sin las expectativas de importantes retornos en el caso de éxito”, afirma Pr.Vaillant.
Sin ir más lejos, durante la jornada de hoy, las farmacéuticas comercializadoras de las vacunas más extendidas en Europa y Estados Unidos – Moderna, BioNtec, NovaMax, Pfizer y otras – han llegado a sufrir desplomes de más del 10% de su valor en bolsa justo después del anuncio de Estados Unidos y de la Unión Europea.
Según Vaillant, esto es una muestra de cómo el levantamiento de las patentes puede llegar a perjudicar al sector farmacéutico y su potencial:
“Si las presiones públicas hacen que se diluya el potencial premio para el proceso de I+D que pueda generar una patente exitosa, especialmente ahora al final del proceso (cambiando las reglas a mitad del partido), generará expectativas aún más negativas que pueden resultar muy desfavorable para el bienestar público la próxima vez que la sociedad se encuentra con una pandemia o otra crisis similar”.
El profesor Yancy Vaillant recuerda que la industria farmacéutica ha aportado “importantes cantidades de recursos humanos, financieros y materiales, además del coste de oportunidad de haber abandonado otras líneas de investigación para dedicarse casi en exclusiva al desarrollo de una vacuna para la Covid-19”, y que aún así “solo muy pocos han conseguido patentar sus productos y aún menos se llegará a tiempo para poder rentabilizar sus inversiones”.
Además, Vaillant asegura que “Estos fracasos han creado expectativas que afectarán la forma en la que reaccionarán dichas empresas en un futuro”.
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