América Latina ha sido uno de los mercados más activos, con un crecimiento del 7 por ciento.
El burbujeante negocio de Coca-Cola sigue creciendo. La compañía obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.447 millones de dólares (1.229 millones de euros) en el tercer trimestre de su ejercicio fiscal, lo que supone un aumento del 38 por ciento respecto al mismo periodo de un año antes, con lo que las ganancias por acción se incrementaron un 37,5 por ciento, hasta 0,24 dólares.
La multinacional, presidida por James Quincey, apuntó que los ingresos operativos netos retrocedieron un 14,6 por ciento entre los meses de julio y septiembre respecto al mismo trimestre del ejercicio precedente, hasta situarse en 9.078 millones de dólares (7.710 millones de euros). El grupo atribuye esta caída al proceso de refranquiciar las operaciones de embotellado y a la incertidumbre económica en muchas partes del mundo.
Por áreas geográficas, las ventas ascendieron un 3 por ciento en el tercer trimestre en América del Norte, gracias a una mayor demanda de Sprite, té y café. En Europa, Oriente Medio y África aumentaron un 6 por ciento y en América Latina lo hicieron un 7 por ciento. En Asia Pacífico, al contrario, retrocedieron un 2 por ciento.
Por otro lado, Coca-Cola logró recortar sus costes, incluso a pesar del proceso de refranquiciar sus operaciones de embotellado, el cual prevé concluir a finales de este año. Los costes de los productos vendidos cayeron un 18 por ciento en el trimestre y los gastos en general se redujeron un 20 por ciento.
«Nuestro desempeño refleja la fortaleza de una organización que se centra en cumplir con sus compromisos financieros y al mismo tiempo realizar importantes cambios estructurales y culturales«, sostuvo James Quincey.
En los primeros nueve meses del ejercicio, Coca-Cola contabilizó un beneficio neto atribuido de 4.000 millones de dólares (3.397 millones de euros), un 33 por ciento menos que las ganancias de 5.977 millones de dólares (5.077 millones de euros) que obtuvo entre enero y septiembre de 2016.