Para cumplir con las estimaciones, el Gobierno defiende un aumento del 3,9 por ciento en el gasto público que será destinado prioritariamente a Educación y Salud.
Chile reafirma el crecimiento de su economía. El Gobierno ha anunciado que, al cierre del presente año, se prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) alcance un aumento del 1,5 por ciento. Una tasa que duplicarán durante 2018, donde la estimación apunta hacia un índice interanual del 3 por ciento. Sin embargo, no será el líder económico de la región.
Una meta que buscarán alcanzar con un aumento del 3,9 por ciento en los Presupuestos Generales del próximo año. El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, asegura que “todos los indicadores apuntan a la recuperación (económica) de manera sostenida y sistemática”. Una declaración que ha realizado ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos del Congreso, lo que marca el inicio de la tramitación legislativa del proyecto.
En este sentido, el responsable de las finanzas públicas chilenas precisó que en el tercer trimestre de este año la economía creció un 2 por ciento y que en el cuarto la expansión llegará al 3 por ciento, para marcar un ritmo anual del 1,5 por ciento (en el primer semestre la economía creció sólo un 0,5 por ciento).
Tras augurar un crecimiento económico del 3,25 por ciento para 2019, Eyzaguirre destacó entre los factores que contribuyen al repunte de la economía la recuperación del comercio mundial y de los precios de las materias primas, el alza de la bolsa, el aumento de la inversión en Minería y la mejora en la confianza empresarial y de los consumidores.
La presidenta Michelle Bachelet anuncio que el proyecto de Presupuesto para el 2018, que será ejecutado en su mayor parte por el próximo gobierno, ya que su periodo concluye el 11 de marzo, prevé un aumento del 3,9 por ciento en el gasto fiscal, con énfasis en Educación y Salud.
El aumento es mayor que el proyectado por el mercado, los expertos y por el Banco Central, lo que generó críticas inmediatas entre agentes económicos, empresarios y candidatos presidenciales, que consideraron que el nivel de gasto hace poco probable el compromiso del gobierno de reducir anualmente en un 0,25 por ciento del PIB el déficit estructural.