El creciente negocio de la UFC

Pixabay
Foto Pixabay

Pocos podían esperar, a inicios de los años 90, que un torneo inspirado en la película “Contacto Sangriento” de Jean Claud Van Damme para encontrar al mejor peleador entre las diferentes artes marciales, iba a convertirse en un fenómeno que reuniría, semana tras semana, a millones de seguidores alrededor del mundo.

Pero así fue como nació la UFC (Ultimate Fighting Championship) y que poco a poco fue evolucionando a una disciplina en sí misma: si inicialmente peleaban luchadores de Judo, Karate, Muay Thai… finalmente todos fueron incluidos en una sola categoría: las MMA (Mixed Martial Arts). Y de ahí a una empresa que hoy se encuentra valorada en unos 4.000 millones de dólares (hace tres años estaba valorada en la mitad, con lo que su crecimiento es vertiginoso).

Cifras que marean

¿El secreto del éxito? Probablemente no hay un solo factor. Pero, principalmente y resumiendo mucho, se trata de haber creado un espectáculo muy cuidado y bien promocionado: realities de tv para elegir a los luchadores, horas y horas de declaraciones cruzadas entre los contendientes, partnership con grandes marcas y cadenas de televisión, uso estudiado de las redes sociales, ambiente de gala para los combates, ….

Y eso nos lleva a los casi 16 millones que la organización se embolsa por cada evento (suelen ser semanales), que pueden llegar a tener audiencias de más de 50.000 personas en PPV y casi 8,5 millones de seguidores de su canal Youtube, donde alberga más de 8000 videos.

Si nuestra intención es ver los combates presencialmente, deberemos apretarnos bien el cinturón porque, aunque depende del evento y del lugar donde se realice, las entradas pueden oscilar entre los 200 y los 400 dólares de promedio. Y estar dispuestos a viajar, puesto que todavía no se están realizando veladas de la UFC en España (aunque esperamos que eso cambie pronto, teniendo en cuenta que tenemos peleadores como Juan Espino o Joel Álvarez que ya compiten allí a primer nivel).

Salarios más “modestos”

¿Y cómo se traduce este próspero negocio en el salario de los peleadores? Bueno, eso depende de a quién se lo preguntemos. Recientemente, algunos luchadores como Jon Jones, Jorge Masvidal o el mismísimo Conor McGregor iniciaron un conato de motín para mejorar sus retribuciones por evento, cosa que al final parece que quedó resuelta al volver a programar peleas para ellos; excepto en el caso de The Notorious, que sigue jugando con su retirada, a pesar de que supera los 12 millones de dólares por pelea.

Y si bien es cierto que todos ellos se embolsan elevadas cantidades de dinero por combate, hasta hace poco ninguno de ellos se encontraba en los top 10 de los deportistas mejor pagados. Pero los últimos acontecimientos, como en el caso de McGregor contra Floyd Maywheather, están provocando que sus bolsas suban; no es extraño, por tanto, que otros luchadores de MMA quieran hacer sus pinitos peleando con gente como Manny Paquiao o Canelo Álvarez.

Aun así, los peleadores de la UFC aún se encuentran lejos, salarialmente, de los boxeadores de renombre. Y, por supuesto, de los futbolistas, que copan algunos de los primeros puestos, con Messi y Cristiano Ronaldo a la cabeza. Y es que el hecho de que los luchadores hagan uno o dos combates al año no ayuda a su publicidad, por mucha promoción (disputas y malas palabras mediante) que hagan en medios y redes sociales.

Sin embargo, igual que la cotización de la empresa sube, también lo está haciendo la de sus activos, y hoy los luchadores cierran acuerdos de publicidad que van más allá de los que las UFC les propone, lo que les ayuda a engrosar sus arcas privadas.

De todas maneras, no es nada sencillo llegar a estar entre el Top de los grandes atletas del MMA, los que verdaderamente ganan dinero. Muchos empiezan con federaciones menores y tienen que mostrar mucho talento para ser seleccionados. De esos, pocos consiguen pasar los primeros compases y llegar a apalabrar combates a un nivel de mayor expectación. Y a partir de ahí, vienen las posibilidades de aspirar a algún título y de caerle en gracia a los espectadores. Resumiendo: solo hay un Conor McGregor.