Cómo superar la entrevista personal en las oposiciones a Policía Nacional

La entrevista personal para la OPE a Policía Nacional sirve para conocer la personalidad, actitud y capacidades de los aspirantes.
La entrevista personal para la OPE a Policía Nacional sirve para conocer la personalidad, actitud y capacidades de los aspirantes.

La evaluación del proceso de selección permitirá un contacto directo entre el aspirante y sus examinadores, por lo que todos los detalles cuentan.

La entrevista personal tendrá una duración entre 30 y 60 minutos.
La entrevista personal tendrá una duración entre 30 y 60 minutos.

La entrevista personal es el contacto más directo entre los aspirantes a Policía Nacional y sus examinadores. A través de una conversación directa, el tribunal calificador, un equipo de psicólogos y el entrevistador buscan ahondar en la personalidad, actitud y capacidades del candidato. Aunque existen dudas sobre su capacidad para ser objetiva, la evaluación es una de las partes clave del proceso de selección de la oposición y, por ende, es recomendable tomar en consideración algunos aspectos básicos que aumentarán las posibilidades de generar una buena impresión.

La entrevista personal, que usualmente se realiza en la parte final del proceso selectivo, es una oportunidad para que los examinadores y psicólogos puedan ahondar en aquellos resultados que observan reflejados en el test de personalidad. De ahí, que sea fundamental estar preparado para evitar respuestas que puedan generar desconfianza, sean contradictorias o que hagan dudar a los examinadores sobre el potencial del aspirante para formar parte del Cuerpo Nacional de Policía.

Las primeras impresiones siempre son importantes. Si bien no existe un protocolo para la vestimenta ni tampoco es un aspecto que debería ser tomado en consideración por parte de los examinadores, es cierto que un atuendo inapropiado podrá generar un rechazo en el tribunal. No es necesario acudir como a una gala o una premiación, pero sí con algunas prendas que demuestren profesionalismo, seriedad e interés por lograr la plaza ofertada en la convocatoria. Todo esto acompañado de los mejores accesorios: un saludo al entrar en la sala, una sonrisa y un trato educado en todo momento.

De lleno a la conversación

Una vez pasado el primer contacto, se procederá a la entrevista personal que tendrá una duración que oscilará entre los 30 y 60 minutos. Durante este tiempo, es importante tomar en consideración algunos aspectos como el tono de voz (que debe demostrar seguridad y control, sin llegar a la arrogancia), la postura del cuerpo (que evidencie normalidad, sin la tensión generada por los nervios ni el relax del desinterés), y la capacidad de respuesta (en donde el aspirante tenga la habilidad de hablar con soltura, seguridad y confianza).

Los temas de la entrevista no serán complicados. En la mayoría de los casos, el tribunal comienza el proceso verificando datos del aspirante, conociendo un poco más sobre sus pasatiempos, su familia o incluso sobre su equipo de fútbol predilecto. También es cierto que se podrá preguntar sobre temas de la legislación judicial o de actualidad para conocer cuál es su opinión, así sobre la visión que se tiene de los Cuerpos de Seguridad del Estado, los objetivos personales y profesionales que se buscan alcanzar en el CNP y los motivos que consideras clave para destacar sobre el resto de candidatos.

Evitar la tentación

Algunas de las preguntas o temas propuestos pueden buscar aumentar los niveles de estrés del aspirante y medir su capacidad de reacción. Es fundamental evitar alterarse, mantener el tono de voz y argumentar con firmeza pero evitando caer en radicalismos. En pocas palabras: ser prudente.

Algunas de las claves para lograrlo es controlar la respiración, pensar por unos segundos la respuesta a la pregunta, organizar las ideas y confiar en uno mismo. A pesar de que las preguntas puedan llegar a parecer un ataque personal, en realidad se trata de una fórmula para medir la respuesta de los candidatos, no sólo verbal, sino también la física y la actitud al momento de abordar temas que pueden parecer desagradables.