El sistema de asilo en España: un desafío urgente para garantizar derechos y eficacia

El sistema de asilo en España ha alcanzado cifras récord en los últimos años, con 167.366 solicitudes registradas en 2024. Esto ha colocado al país como el segundo de la Unión Europea con más peticiones, solo detrás de Alemania. Sin embargo, detrás de estos números impresionantes se esconde una realidad preocupante: a finales de 2024, más de 270.000 personas se encontraban esperando una respuesta a su solicitud de asilo. Este aumento desmesurado en las solicitudes ha puesto en evidencia las fallas estructurales y administrativas del sistema español, que no logra ofrecer respuestas rápidas ni justas a las personas que buscan refugio.

Lo que llama la atención es la baja tasa de reconocimiento de protección internacional en España. En 2023, solo el 12% de las solicitudes fueron aprobadas, una cifra alarmantemente baja comparada con el promedio del 42% en la Unión Europea. Este escenario refleja una política de asilo más restrictiva que la de otros países europeos, lo que genera una tensión entre la necesidad de cumplir con los compromisos internacionales y la voluntad de limitar el número de personas que reciben protección.

¿Pero qué está detrás de este aumento de solicitudes? La respuesta se encuentra en las crisis que azotan el mundo. De un lado, la violencia, las crisis económicas y la inestabilidad política en América Latina, con países como Venezuela, Colombia y Honduras, han llevado a miles de personas a buscar una vida mejor en España. Por otro lado, los conflictos bélicos en África y Oriente Medio, como la guerra en Siria o el conflicto en Afganistán, también han generado flujos migratorios hacia Europa. España, por su proximidad geográfica y su vinculación histórica con América Latina, se ha consolidado como una puerta de entrada a Europa para miles de personas que huyen de situaciones desesperadas.

Sin embargo, la gestión de este aumento de solicitudes ha sido ineficiente. Los tiempos de espera son largos y la administración no cuenta con suficientes recursos para procesar todos los expedientes de manera efectiva. Esto ha dado lugar a una acumulación de casos que se traduce en incertidumbre y vulnerabilidad para quienes solicitan asilo.

Otro aspecto que requiere atención urgente es la desigualdad en la distribución de las solicitudes a nivel territorial. Comunidades autónomas como Madrid, Cataluña y Andalucía concentran el mayor número de peticiones, mientras que otras regiones con menor densidad poblacional reciben menos solicitantes. Esto genera un desequilibrio en la distribución de los recursos, lo que hace más difícil la integración de los migrantes en determinadas zonas del país. Las regiones con mayor presión migratoria enfrentan grandes dificultades para ofrecer una respuesta adecuada a las necesidades de los solicitantes.

El perfil de los solicitantes también arroja luces sobre el tipo de migración que está ocurriendo. La mayoría de los solicitantes tienen entre 18 y 40 años, lo que indica que la migración no solo es una cuestión humanitaria, sino también una búsqueda de oportunidades laborales. Además, cada vez son más las mujeres que solicitan asilo, muchas de ellas escapando de violencia de género o trata de personas.

El sistema de asilo en España, como está hoy, necesita una transformación profunda. Los datos muestran que, a pesar de la creciente presión migratoria, las tasas de concesión de asilo siguen siendo bajas y los procedimientos se prolongan en el tiempo. Es urgente que España revise sus políticas de asilo, agilice los procesos y asegure que la protección de los derechos humanos sea la prioridad. Solo de esta manera podremos enfrentar de manera efectiva el desafío migratorio y garantizar una respuesta adecuada a las personas que buscan refugio en nuestro país.

Acerca de Bárbara Puglisi 54 artículos
Abogada con experiencia en Derechos Humanos, Derechos de Infancia y Políticas Públicas.