
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) aumentará en 2025 hasta los 1.184 euros, una medida que no solo impactará a los trabajadores con sueldos más bajos, sino también a los desempleados mayores de 52 años que reciben el subsidio específico para su grupo etario.
Este subsidio, diseñado para apoyar económicamente a quienes han agotado otras prestaciones por desempleo, es el único que se cobra de manera indefinida y que cotiza para la pensión de jubilación. Con la subida del SMI, la base mínima de cotización de estos beneficiarios también se incrementará, pasando de 1.653,75 euros a 1.726,66 euros mensuales, lo que mejorará su futura pensión.
Otro efecto positivo de este aumento es que más personas podrán acceder a la ayuda, ya que uno de los requisitos es no superar el 75% del SMI en ingresos. Con el nuevo salario mínimo, el umbral pasará de 850,5 euros a 888 euros mensuales, ampliando así el número de beneficiarios potenciales.
A pesar de estos cambios, la cuantía del subsidio se mantendrá en 480 euros mensuales, ya que su actualización depende del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), que actualmente es de 600 euros y solo puede modificarse mediante los Presupuestos Generales del Estado.
Además, el SEPE deberá abonar los atrasos correspondientes a este ajuste con efecto desde el 1 de enero, asegurando que los beneficiarios reciban el monto actualizado conforme a la nueva base de cotización.