El expresidente Donald Trump ha anunciado nuevas tarifas a la importación de productos agrícolas en Estados Unidos a partir del 2 de abril. A través de su red social, instó a los agricultores estadounidenses a aumentar su producción interna, anticipando la imposición de aranceles a las importaciones. Esta decisión ha generado preocupación en España, cuya industria agroalimentaria exporta anualmente 3.500 millones de euros a EE.UU., con productos clave como el aceite de oliva, el vino y la aceituna de mesa.
Un golpe a la agroindustria española
Los aranceles encarecerán el precio de los productos españoles en el mercado estadounidense, reduciendo su competitividad frente a productores locales y de otros países que podrían beneficiarse de la medida. Según Rafael Pico, director de la Asociación de Exportadores de Aceite (Asoliva), «no habrá distorsión en el mercado internacional si los aranceles se aplican por igual a todos los países». Sin embargo, el temor en España es que Trump pueda imponer tarifas diferenciadas, afectando solo a ciertos países o regiones, como ya hizo en su primer mandato con la aceituna de mesa.
Antonio de Mora, secretario general de la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa), advierte que si los aranceles son selectivos y no afectan a países fuera de la UE, España sufriría «un perjuicio muy grave».
Alternativas y reacción del sector
Ante la incertidumbre, los exportadores españoles exploran mercados alternativos para mitigar el impacto de la pérdida de competitividad en EE.UU. La diversificación de destinos comerciales será clave para reducir la dependencia de un mercado que, bajo la política proteccionista de Trump, podría cerrarse aún más a las importaciones.
Mientras tanto, el sector agroalimentario español se mantiene en vilo a la espera de confirmaciones oficiales sobre los detalles de estos aranceles y su impacto real en el comercio internacional.