Díaz respalda la jornada de cuatro días, aunque prefiere fórmulas «flexibles» como permisos y excedencias formativas

La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha apoyado la semana laboral de cuatro días que se debate en Valencia, aunque ha considerado que se trata de una fórmula «rígida» y prefiere «planteamientos flexibles».

En una intervención durante el I Congreso Internacional de la Semana de Cuatro Días, Díaz ha señalado que esta iniciativa va en la dirección de «la redistribución laboral» que ella respalda, pero hay «muchas otras manifestaciones que podemos y debemos explorar».

Entre ellas ha citado muchas de las que pretende introducir en el nuevo Estatuto del Trabajo y la ley de usos del trabajo que prepara su ministerio: «Permisos para personas con dependientes a cargo, paréntesis para formarse, viajar, para motivarse de nuevo». Estas dos iniciativas legislativas transformarán «el binomio tiempo y trabajo», ha defendido.

A partir de ahí, la titular de Trabajo ha señalado que «no se trata tanto de la jornada de cuatro días», sino de contemplar aspectos relacionados con la reducción del tiempo de trabajo, «por supuesto en cómputo semanal y sin reducción salarial». En general, ha recordado que «trabajar menos horas es trabajar mejor»

Ha avanzado así que el planteamiento del Gobierno irá hacia la flexibilización, estudiando «modelos nórdicos» y fórmulas como el establecimiento de bolsas de horas de las que los trabajadores puedan disponer tras negociarlo con sus empresas. También ha apostado por «cambiar el tiempo de trabajo» en España porque la jornada de 40 horas lleva instaurada «muchísimo tiempo», junto a «un nuevo planteamiento de los permisos». «¿Por qué no podemos tener excedencias formativas para los trabajadores que lo deseen?», se ha preguntado.

Reducir el excesivo número de horas extras, y especialmente las no retribuidas

También se ha referido a que reducir el «excesivo» número de horas extra es un paso «imprescindible», si no el primero, para una «necesaria reordenación del tiempo de trabajo».

La vicepresidenta ha incidido en que la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año refleja que cada semana en España se realizan 6,6 millones de horas extraordinarias semanales y 27 millones de horas extra al mes.

De ellas, ha advertido Díaz, el 44 por ciento no se remuneraron, lo que supone cerca de «2,9 millones de horas extraordinarias sin recibir compensación alguna», ha lamentado.

«Esta realidad es inaceptable», ha subrayado, antes de puntualizar que, sin embargo se trata se la cifra «más baja desde 2011». «Pero yo no me voy a conformar», ha asegurado.

Por eso ha anunciado este viernes en Valencia que «en breves días» su departamento creará «un nuevo algoritmo desde Inspección de Trabajo para fiscalizar las horas extra» y, sobre todo, perseguir las que no se remuneren.

Los sindicatos apoyan la reducción y la patronal lo tacha de «electoralista»

La CEOE ha criticado la semana reducida que se debate entre este viernes y el sábado en Valencia. Es una medida que se enmarca, según su presidente Antonio Garamendi, en «los debates para ganar elecciones», y ha afirmado que «en estos momentos son necesarios cinco días». Sin embargo, Garamendi sí se ha mostrado predispuesto a abordarlo en la negociación con la administración y las organizaciones sindicales, con el fin de analizar su posible viabilidad en algunos sectores o en determinadas empresas.

Los líderes de los principales sindicatos sí ven con buenos ojos esta reducción de jornada. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, y el de UGT, Pepe Álvarez, han mostrado la necesidad de reducir el tiempo de trabajo. Sordo ha señalado que la reducción del tiempo de trabajo es una reivindicación «plenamente vigente» y una forma de «disputar la productividad de las empresas», y en ese marco la semana de 4 días laborales «es una opción viable en muchos sectores y muchas empresas».

Para Sordo, tiene ventajas como evitar desplazamientos excesivos y puede ser más útil para conciliar la vida laboral y la vida personal, pero ha destacado que es un debate asociado a la reducción del tiempo total de trabajo, más en estos momentos en que la digitalización permite estar a disposición de las empresas «prácticamente todo el día».

Ha defendido que la reducción deseable del tiempo de trabajo debe servir para generar más empleos y no para precarizar más los que ya existen, y se ha confesado «perplejo» por la postura del presidente de la patronal española, pues no sabe dónde ve «el electoralismo» de estas reflexiones, mientras que Álvarez ve las declaraciones de Garamendi «muy retrógradas»:

El secretario general de UGT ha manifestado que no abordar la reducción de la jornada de trabajo es «negar el progreso», pues existe una «necesidad imperiosa» en los trabajadores, las organizaciones sindicales, la sociedad y la economía de abordar el fenómeno de la «hiperproductividad» que se está produciendo en el mundo.

Para Álvarez, hablar de las 32 horas «es un debate muy oportuno que va a dar mucho de sí» y se va a implantar «mucho más rápido» de lo que se pueda imaginar, y ha destacado que debe haber flexibilidad para implantarla y nuevos controles, para que lo que no ocurra es que se amplíe la jornada sin declarar.

Errejón afirma que el programa piloto del Gobierno estará listo muy pronto

En este congreso también ha participado el líder de Más País, Íñigo Errejón, cuyo partido ha sido el principal impulsor de la medida a nivel estatal. Ha avanzado que «muy pronto» el Gobierno va a sacar las bases para que las empresas opten a las ayudas que el Ministerio de Industria dispondrá para reducir la semana laboral a cuatro días o 32 horas.

«Es una cuestión fundamental en nuestro presente: liberar tiempo de vida, trabajar menos para trabajar en menores condiciones, ser más productivos», ha señalado desde Valencia, y ha recordado que la Generalitat Valenciana será la pionera en presentar un programa piloto para apoyar a las empresas que apuesten por esta reducción sin recortar el salario.

El responsable de la campaña de Más País, Héctor Tejero, ha avanzado que espera que el plan esté listo para «después del verano», mientras que el proyecto valenciano empezará previsiblemente en junio.