Jair Bolsonaro: «Me equivoqué» al dar poder al Ministerio de Agricultura sobre las tierras indígenas

Jair Bolsonaro
La medida busca sanear las cuentas del país.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha admitido este viernes que se ha equivocado por intentar en reiteradas ocasiones transferir al Ministerio de Agricultura el poder para identificar y delimitar las tierras indígenas y de afrodescendientes.

Bolsonaro ha hecho estas declaraciones después de que el Tribunal Supremo Federal determinara que esta medida era inconstitucional. «Ha sido un error nuestro (…). Ha sido mi culpa. Es mía porque yo lo firmé», ha aseverado.

Tras ser preguntado sobre la decisión del Tribunal Supremo Federal, Bolsonaro ha dicho que está de acuerdo. «Tenían razón. No hay ningún problema», ha añadido.

Brasil y FMI
La propuesta del Gobierno brasileño se encuentra paralizada en el Congreso Nacional.

Una medida provisional impulsada en enero contemplaba que la demarcación de las tierras indígenas sería competencia del Ministerio de Agricultura y que la Fundación Nacional de Indígenas (FUNAI), que se ocupaba de todos los asuntos relacionados con las comunidades nativas, estaría vinculada al Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos. Tras analizar la medida, el Congreso devolvió esta función a la FUNAI.

Aún así, el presidente editó un nuevo decreto provisional estableciendo que la demarcación de las tierras indígenas sería del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, la Constitución prohíbe la reedición de una medida que tenga el mismo contenido en el mismo año por lo que en junio, el Tribunal Supremo de Brasil suspendió la validez de este texto, según informa el diario brasileño ‘O Globo’.

No es la primera vez que Bolsonaro admite haberse equivocado. Por ejemplo, el pasado mes de mayo promulgó un nuevo decreto ejecutivo para corregir el anterior sobre su política de armas para prohibirlas para «ciudadanos comunes» después de las críticas recibidas del Congreso y los tribunales.

La política de armas de Bolsonaro ha suscitado un gran polémica en un país que en 2017 batió récord de homicidios, con una media de siete por hora. De acuerdo con un sondeo de Datafolha citado por ‘O Globo’, seis de cada diez brasileños creen que las armas de fuego deberían prohibirse.