Las dificultades financieras son la principal traba de los emprendedores sociales

fuente: www.eleconomista.es

La falta de recursos propios y de garantías para acceder a créditos, así como la evaluación exigente de los equipos, sobre todo del promotor, son los grandes handicaps que dificultan el emprendimiento social.

Emprender no siempre es fácil, pero en el caso del emprendimiento social aún puede ser más complejo por las particularidades de las iniciativas empresariales. De hecho, este tipo de proyectos para salir a la luz y sobrevivir con éxito tienen que hacer frente a una serie de problemas o barreras entre las que se encuentran la financiación, la resistencia al cambio, el desconocimiento y la incomprensión, las competencias del equipo, el riesgo y la viabilidad y la competencia de la propia iniciativa.

Son seis grupos de barreras que engloban un total de 22 handicaps que se tienen que superar para emprender con éxito en el ámbito social. Pero, ¿cuáles son las más importantes? ¿Influyen todas por igual?

Las dificultades financieras son la principal barrera de los emprendedores sociales, según se recoge en el estudio ‘Factores explicativos del fenómeno del emprendimiento social en Aragón’, publicado por el Consejo Económico y Social de Aragón.

Dentro de este obstáculo, se alude, sobre todo, a las dificultades que tiene un emprendedor social en materia financiera y que van desde la escasez de recursos propios a la falta de garantías para acceder a créditos o las evaluaciones demasiado exigentes.

Tras este factor, que es valorado con un 8.3, le siguen las competencias del equipo humano dentro de las que destacan la escasa mentalidad, formación y experiencia empresarial de los equipos directivos, así como la falta de habilidades en gestión y administración empresarial, que igualmente se señala con un 8.3.

Además, los emprendedores sociales tienen otra serie de dificultades para hacer realidad sus proyectos empresariales en este ámbito como la carencia de conocimientos para identificar las herramientas de marketing adecuadas, principalmente, para la comunicación (7.9), aparte de la sostenibilidad y autonomía del proyecto en el tiempo (7.7).

Nuevamente, en el ranking de obstáculos de este tipo de emprendedores vuelven a aparecer los temas financieros, aunque en esta ocasión los problemas se centran en la ausencia de inversores en un sector en el que el retorno de la inversión se supone menor que los tradicionales o bien se desconoce (7.7).

Siguiendo con las barreras financieras, el emprendedor social aún tiene más handicaps como los problemas para identificar fuentes de financiación alternativas para las que su modelo de negocio y valor social suponga una ventaja (7.3).

El análisis realizado en este informe alude a su vez a otros «muros» relacionados con el riesgo y la viabilidad, siendo el factor más relevante la escasa o nula viabilidad económica de la iniciativa en el modelo de mercado existente (7.3).

Las barreras del emprendedor social no solo se concentran en estos ámbitos y quedan aquí, sino que también se observan otros handicaps como la resistencia al cambio y el desconocimiento o incomprensión.

Dos campos en los que influyen de manera clara diversos factores que van desde la falta de visión de que este cambio hacia empresas sociales es necesario y posible hasta las limitaciones de las cláusulas sociales en la contratación pública o la falta de definición y comprensión del emprendimiento y empresa social en España.

En el éxito de estas iniciativas empresariales igualmente influye la poca confianza de los consumidores y de la sociedad española en general en la calidad de los productos o servicios que se prestan y ofrecen, así como la falta de convencimiento del emprendedor de que necesita otras personas y formar un equipo. A ello se suman las dificultades para crear ese equipo de trabajo cualificado en las diversas competencias que se precisan para cada rol dentro de la empresa social.

Además, los emprendedores sociales, a menudo no tienen los conocimientos suficientes para identificar e integrar a los stakeholders como clientes, colaboradores o apoyo empresarial de diferentes sectores.

Y otras barreras comunes son las dificultades de acceso a redes de contactos a nivel internacional, así como el planteamiento de la empresa con excesiva vinculación a la financiación pública que, finalmente, no siempre se consigue, lo que dificulta su viabilidad.

En la realización del estudio han participado Esperanza García Uceda (investigadora principal) y Josefina Murillo Luna, de la Universidad de Zaragoza, además de contar con la colaboración de Ramón Añaños Sánchez, Ana Hernández Serena y Pau Vidal García.

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