El emprendimiento femenino en España ha vuelto a ser el motor del crecimiento en el trabajo autónomo durante 2024. Según un informe de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), el 52,84% de los nuevos afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) fueron mujeres, lo que supone un incremento de 22.060 autónomas, en comparación con los 19.689 hombres que se sumaron al colectivo.
Este crecimiento cobra aún más relevancia si se considera que los hombres representan el 63% del total de autónomos en España. Sin embargo, en la última década, las mujeres han liderado el avance del emprendimiento, con un aumento de 151.757 trabajadoras por cuenta propia, frente a los 103.249 hombres que se incorporaron en el mismo periodo.
El comercio: el sector favorito de las autónomas
El informe destaca que el 24,1% de las mujeres autónomas se dedican al comercio, lo que lo convierte en el sector con mayor representación femenina. Este dato confirma la tendencia de las mujeres hacia actividades comerciales y de servicios, aunque cada vez más emprendedoras están incursionando en sectores tradicionalmente dominados por hombres, como la industria y la construcción.
El crecimiento de las autónomas sénior
Otro hallazgo significativo del informe es el aumento de las mujeres autónomas de más edad. Actualmente, el 45% de las autónomas (561.000 mujeres) tienen entre 45 y 59 años. Además, 132.780 emprendedoras tienen entre 60 y 64 años, mientras que 66.960 mujeres mayores de 64 años siguen activas en el mercado laboral.
Las autónomas sénior han experimentado el mayor crecimiento en la última década, con un aumento de 80.312 trabajadoras en el tramo de 50 a 59 años. Este fenómeno responde, en parte, a la necesidad de muchas mujeres de seguir generando ingresos ante la incertidumbre de una jubilación con pensiones bajas.
Brecha de género en las pensiones y las condiciones laborales
A pesar del dinamismo del emprendimiento femenino, las mujeres autónomas continúan enfrentando desigualdades estructurales. Según datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), las trabajadoras por cuenta propia reciben pensiones un 25% más bajas que sus pares masculinos. Mientras que los hombres perciben una pensión media de 1.120,58 euros, las mujeres apenas alcanzan los 841,91 euros mensuales.
Este diferencial refleja no solo la precarización de los ingresos femeninos, sino también el impacto de la doble jornada laboral. Según UPTA, las mujeres autónomas dedican cuatro horas más al día al empleo remunerado que los hombres y, además, asumen la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidados, con una carga adicional de 14 horas semanales en comparación con los hombres.
Barreras invisibles en sectores masculinizados
A pesar de los avances, la presencia de mujeres autónomas en sectores tradicionalmente masculinos sigue siendo marginal. En actividades como la construcción, la industria y el transporte, las mujeres representan apenas el 10% del total. Además de la falta de oportunidades, enfrentan barreras invisibles como la discriminación, el rechazo y, en muchos casos, el acoso laboral.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, reconoce que las mujeres autónomas siguen topándose con obstáculos que limitan su desarrollo profesional: “No solo es más difícil para ellas acceder a ciertos sectores, sino que también deben enfrentarse a entornos hostiles que dificultan su consolidación en el mercado”.
Conclusión: un futuro con desafíos y oportunidades
El crecimiento del emprendimiento femenino en España es un reflejo del empuje y la resiliencia de las mujeres autónomas. Sin embargo, el panorama sigue presentando retos significativos en términos de igualdad salarial, conciliación laboral y acceso a sectores estratégicos.
Es fundamental que las políticas públicas y el sector empresarial trabajen en conjunto para cerrar la brecha de género, garantizar condiciones equitativas y eliminar las barreras que aún limitan el pleno desarrollo profesional de las mujeres autónomas. Solo así, el crecimiento del autoempleo femenino podrá traducirse en una transformación real y sostenible en el mercado laboral español.