El martes primero de junio entró en vigor un aumento del 44% en la factura de consumo eléctrico, al igual que entraron en vigor otros aumentos en distintos impuestos.
Digan lo que digan, una prueba más del atraso de la economía española con respecto a sus pares europeos, se ve en la incapacidad de producir un aumento de -no se puede hablar de riqueza con este gobierno-, los ingresos por vías distintas al aumento de impuestos.
Este «gobierno social» y «de la gente», se esconde en el marketing político, en el discurso vacuo y simplón, es un gobierno que se ha mantenido desde su llegada al poder en la dinámica del caradurismo, sin importar las veces que se le echen en cara -con pruebas y hemeroteca por delante- sus farsas, mentiras, incongruencias y sinsentidos varios; con tal de mantenerse en el poder y llevar a cabo políticas que de social, no tienen nada.
El gobierno de España con más asesores en la historia de la democracia no ha sido, ni es, ni mucho menos será capaz de diseñar un plan basado en utilizar de forma conjunta, las ayudas europeas, la capacidad industrial instalada y los más de cuatro millones de españoles en el paro para sentar unas nuevas bases que ayuden al fortalecimiento y desarrollo de la economía; y no lo hace no porque no sepa, o no pueda, simplemente porque no quiere.
El por qué no quiere es otra historia, una historia que sólo saben ellos, y que a lo mejor, logremos saber nosotros de aquí a algunos años. Pero la realidad que nos toca, es que desde el martes tenemos nuevos aumentos en los
impuestos a la luz, los carburantes y el mantenimiento de nuestras cuentas bancarias -aunque tenga su nómina domici-.
La lógica de estos «señores» es algo así como: queremos tanto a nuestros ciudadanos que vamos a darles la posibilidad de ahorrar en la factura de la luz siempre y cuando laven ropa solamente los fines de semana o en las madrugadas; para ayudar al crecimiento del parque automotor eléctrico, no rebajamos el precio de los coches eléctricos o los impuestos de matriculación -porque también los aumentaron a principios de año-, sino que aumentamos los impuestos al diesel o la gasolina.
O mejor aún, como los refrescos contienen azúcares y sustancias como la cafeína que son sustancias especiales -de acuerdo al ministro de consumo-, pues le subimos también los impuestos. Si al final va a resultar que tendremos que agradecerles por preocuparse por nosotros.
Las franjas con los precios de luz más altos se encuentran a lo largo del día, según algunos protagonistas de esta historia, han comentado que los tramos de pago se han establecido para limitar el consumo en horas pico y así limitar la inversión que implica el crecimiento del uso de la electricidad en la sociedad actual, y me pregunto yo, ¿y no tendremos que invertir más adelante? ¿no volverán a aumentar la factura con la excusa de la necesidad de esas futuras inversiones?.
¿Y qué pasa con las pequeñas empresas y los emprendedores? O con los empleados que ahora teletrabajan desde casa, porque los tramos de horas donde la factura será más elevada, será entre las 08:00 hrs y las 23:00 hrs, ¿alguien ha dicho si se aumentará el sueldo a los trabajadores que trabajen desde casa, o el gasto extra lo asume la empresa?.
La subida de impuestos no tiene nada de social, ya es hora de que lo entendamos, sólo es recaudación y control social, no tiene más misterio. Hay artículos explicando los recortes que está haciendo el gobierno a las empresas eléctricas, pero esos recortes entrarán en vigor a partir de 2022, mientras tanto, ya sabe…
La única posibilidad de salir adelante es produciendo riquezas, produciendo nuevos puestos de empleo, la única manera de asegurar las pensiones es reincorporar a esos más de 4 millones de parados al mercado laboral, la mayoría de ellos personas cualificadas en distintas áreas que pueden aportar muchísimo al crecimiento del país.
España tuvo la suerte -si es que se puede llamar suerte a depender siempre de las «ayudas» que otros nos quieran dar- de ser uno de los principales receptores de los fondos europeos para la recuperación de la debacle económica producida por el COVID pero, lamentablemente, estamos viendo que de la mano de esa «suerte», va cogida esa «resignación» que provocan aquellos que deben decir el futuro de esos fondos.
Si los fondos europeos, así como lo recaudado por los impuestos, se utiliza para mantener un sistema de subvenciones y no de producción de riqueza sensata, estaremos siendo testigos de la profundización de la crisis económica que ya padecemos -no olvidemos que nuestra deuda es mayor a nuestro PIB- y que; así como con los impuestos, seremos nosotros -biznietos incluidos- los que tendremos que pagar esa deuda, no lo olvide estimado lector.